Una exposición se adentra en Córdoba por la obra menos costumbrista de Romero de Torres

'Miradas en sepia', que estará abierta hasta el 16 de abril, recoge 22 cuadros del artista

La exposición Miradas en sepia, dedicada al pintor Julio Romero de Torres (1874-1930), se inauguró ayer por la tarde en el Círculo de la Amistad de Córdoba. Hasta el 16 de abril, estará abierta esta muestra con la que se intenta rescatar al pintor cordobés del costumbrismo de pandereta y colocarlo entre los simbolistas más importantes españoles. La exposición también recoge decenas de fotografías inéditas de los archivos personales del autor. Mercedes Valverde, una de las comisarias de la exposición, asegura que la "cuna del simbolismo español" está en las escaleras del Círculo de la Am...

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La exposición Miradas en sepia, dedicada al pintor Julio Romero de Torres (1874-1930), se inauguró ayer por la tarde en el Círculo de la Amistad de Córdoba. Hasta el 16 de abril, estará abierta esta muestra con la que se intenta rescatar al pintor cordobés del costumbrismo de pandereta y colocarlo entre los simbolistas más importantes españoles. La exposición también recoge decenas de fotografías inéditas de los archivos personales del autor. Mercedes Valverde, una de las comisarias de la exposición, asegura que la "cuna del simbolismo español" está en las escaleras del Círculo de la Amistad de Córdoba.

En ese lugar hay cinco enormes pinturas de Julio Romero de Torres: El Genio y la Inspiración, La Escultura, La Música, La Pintura y La Literatura, todas realizadas en 1905. Un año antes, el artista cordobés recorrió media Europa: Países Bajos, Inglaterra, Francia... Cuando regresó, Romero de Torres se trajo el simbolismo, prácticamente desconocido entonces en España.

El artista ha cargado durante décadas con la losa de ser un simple pintor costumbrista que reflejaba la Andalucía de pandereta en sus lienzos. Bellas mujeres de piel color aceituna y poco más.

Miradas en sepia intenta romper con este tópico. Los 22 cuadros que se exponen, muchos de ellos inéditos (incluso algunos sólo se conocían por reproducciones publicitarias como Bodegas Cruz Conde, propiedad de un particular), muestran la evolución del pintor.

Desde el realismo hasta el luminismo pasando por el simbolismo. Una evolución que se cierra con un estilo propio en el que los cuadros terminan por convertirse en alegorías. "Es el único que consiguió pintar la expresividad de la copla. Reflejó su gran amor al flamenco", sostuvo ayer Valverde.

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