Reportaje:INTERNET

Fútbol y apuestas: dos pasiones en red

Tom demuestra temple de acero. Por ahora. Una de las cuatro pantallas con las que trabaja le señala una cifra en rojo: 43.807; los euros que perderá su empresa si el Madrid gana al Arsenal.

La vida profesional de Tom Ritzema son pantallas, auriculares y antenas por satélite. Este inglés es uno de los 45 traders (cotizadores) de Miapuesta.com, rama española de la mayor multinacional del juego: Sportingbet Group, presente en 130 países y valorada en la Bolsa de Londres en más de 2.000 millones de dólares. "Hoy habrá menos apuestas", pronostica Ritzema. "Mucha gente perdió con el Ba...

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Tom demuestra temple de acero. Por ahora. Una de las cuatro pantallas con las que trabaja le señala una cifra en rojo: 43.807; los euros que perderá su empresa si el Madrid gana al Arsenal.

La vida profesional de Tom Ritzema son pantallas, auriculares y antenas por satélite. Este inglés es uno de los 45 traders (cotizadores) de Miapuesta.com, rama española de la mayor multinacional del juego: Sportingbet Group, presente en 130 países y valorada en la Bolsa de Londres en más de 2.000 millones de dólares. "Hoy habrá menos apuestas", pronostica Ritzema. "Mucha gente perdió con el Barça. Si se gana, se reinvierte".

Sportingbet ocupa siete plantas de un edificio londinense. Una planta es para los traders, que vigilan y fijan lo que se paga por apuesta. Cada trader, como en la Bolsa, se especializa en un mercado (deporte); pero el trabajo de Ritzema es la apuesta durante el partido. Mientras aguarda el Arsenal-Madrid se está tragando la liga turca.

Arsenal-Madrid. Sólo en la página Betfair se han jugado 10 millones de euros. Esta semana, la tradicional quiniela destinó 7,7 millones a premios
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Según la consultora Christiansen Capital Advisors, el juego en red movió el año pasado en el mundo 12.000 millones de euros (loterías, 15,2%; póquer, 20,3%; apuestas deportivas, 35,8%, y casino, 25,1%). Este año superará los 15.000 millones.

En una pantalla, a Ritzema le corren futbolistas turcos; en otra, futbolistas alemanes, y en las otras dos esprintan líneas de apuestas. Cada segundo entran 54 en el grupo Sportingbet. Aunque la mayoría son líneas de color gris, alguna es diferente. "La apuesta con letra amarilla significa un fallo técnico; el color azul, que es una apuesta arbitraria, a los tres resultados; la verde, una apuesta extraña, por su alto valor o el tipo de envite; el color rojo es el que vigilo más, la de los listos, los que se toman la apuesta como un trabajo".

Ahí entra la labor de los traders bajando una cotización, subiendo otras para rebajar el riesgo que toma la empresa. "Aceptamos todas las apuestas, pero si es un cliente que gana mucho, le rebajamos el límite".

Le llega una apuesta de un tal Corwill. "A éste lo que quiera, un gran cliente. Con nosotros lleva perdidos 600.000 euros".

En Betfair no tienen esa preocupación. En su caso no se juega contra la empresa, sino contra otro jugador (al estilo del frontón vasco). Betfair es el intermediario entre dos posiciones contrarias. "Somos el eBay de las apuestas", dice Sacha Michaud, jefe de Betfair España.

Su sede central también está en Londres. Aquí no hay cotizadores, pero sí un centenar de personas, la mayoría ex empleados de Bolsa, que atiende al apostante. La pared se ha forrado de televisores donde se ve fútbol, caballos o el concurso ¿Quiere ser millonario? También se apuesta a si nevará el día de Navidad o si Berlusconi ganará. Todo vale, si alguien recoge el guante. La gran pantalla muestra gráficos del tráfico de los servidores y del total de apuestas del día (1.651.000) y sus diferentes tipos (3.092).

Betfair es otro de los fenómenos del juego en Internet. En cinco años ha despuntado sobre las miles de páginas dedicadas a las apuestas. Gracias a su sistema, Betfair siempre da unas décimas más que la competencia. "Ganamos un 1% por jugador, cuando la media de las casas de apuestas está entre el 7% y el 10%; pero nuestro negocio es la cantidad", dice Michaud. "En un día hacemos 15 veces más transacciones que la Bolsa de Londres".

Fin del Arsenal-Madrid. Sólo en Betfair se han jugado unos 10 millones de euros (dos antes del inicio). La tradicional quiniela española en la última semana destinó a premios 7,7 millones. "La quiniela, la lotería son juegos obsoletos", dice Sacha Michaud. "El aficionado quiere intervenir más con el dinero que apuesta; jugar mientras ve el partido y ve evolucionar las apuestas. Es un jugador más activo, que quiere aprovechar sus conocimientos".

Tom Ritzema, respira. Empate del Madrid, empate del Barça, empate del Villareal. "Es el resultado mejor para los sitios de apuestas. Ganancia segura. ¿Lo peor? Por ejemplo, que Osasuna gane al Barcelona. Se paga 5 a 1".

La sala de cotizadores de Miapuesta.com en Londres, con Tom Ritzema al fondo.JAVIER MARTÍN

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