Tenso debate de Blasco y García Antón en el pleno del Consell por una cuestión de competencias

Francisco Camps tuvo que intervenir para serenar los ánimos y reclamar discreción

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, tuvo que apaciguar ayer los ánimos durante la reunión del Consell, en la que dos de sus integrantes mantuvieron un tenso debate. Rafael Blasco, consejero de Territorio y Vivienda, y José Ramón García Antón, titular de Infraestructuras, mostraron sus discrepancias por una cuestión de competencias a raíz de la aprobación, por el primero, del Plan de Acción Territorial (PAT) del Litoral. Este excluye el acceso norte al puerto de Valencia, que García Antón considera irrenunciable, hasta el punto de que el jueves anunció su intención de presentar al...

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El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, tuvo que apaciguar ayer los ánimos durante la reunión del Consell, en la que dos de sus integrantes mantuvieron un tenso debate. Rafael Blasco, consejero de Territorio y Vivienda, y José Ramón García Antón, titular de Infraestructuras, mostraron sus discrepancias por una cuestión de competencias a raíz de la aprobación, por el primero, del Plan de Acción Territorial (PAT) del Litoral. Este excluye el acceso norte al puerto de Valencia, que García Antón considera irrenunciable, hasta el punto de que el jueves anunció su intención de presentar alegaciones. El presidente intervino para pedir calma y para reclamar que no afloraran las discrepancias.

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Varias fuentes del Consell consultadas por este periódico confirmaron que durante el pleno de ayer se produjo un rifirrafe entre Blasco y García Antón, a pesar de que los dos implicados lo negaron de forma categórica, entre otras cosas, para no romper su juramento de guardar secreto de las deliberaciones de las reuniones del Gobierno. Una de las fuentes citadas explicó incluso que en el debate no intervinieron sólo García Antón y Blasco, sino también otros consejeros.

Blasco y García Antón mantienen un conflicto que nació cuando el primero asumió, en el verano de 2003, las competencias de vivienda, que hasta entonces dependían del departamento que dirige el segundo. Y en ese clima, la aprobación del PAT del Litoral por parte del titular de Territorio y Vivienda no ha hecho más que echar leña al fuego. El plan, que salió a exposición pública el pasado lunes, recupera el proyecto de la Ruta Azul, impulsado en 2001 por el entonces presidente Eduardo Zaplana, que pretendía crear un gran bulevar costero para uso turístico-residencial entre Valencia y Sagunto, desplazando hacia el interior las infraestructuras viarias y ferroviarias. La ejecución del proyecto frenaría el crecimiento del puerto de Valencia en beneficio del de Sagunto, por lo que el acceso norte sería innecesario. La Ruta Azul fue descartada después de hacer un estudio de viabilidad.

El jueves, García Antón salió en defensa del acceso norte al puerto de Valencia. Es irrenunciable, dijo, y anunció su intención de presentar alegaciones al PAT del Litoral de Blasco. Y ayer, en el pleno del Consell, el titular de Infraestructuras y Transportes trasladó a Blasco su malestar por no haber sido consultado. Pero fue el consejero de Territorio y Vivienda el que llevó la iniciativa del debate que había abierto García Antón. La tensión entre ambos consejeros obligó al presidente Camps a intervenir para apaciguar los ánimos y para pedir que no aflorara este nuevo episodio de discrepancias en el Consell, sobre todo porque esta vez afecta al bloque campista, cuando los conflictos que han trascendido hasta ahora enfrentaban a campistas y zaplanistas. A todo esto, el vicepresidente del Consell, Víctor Campos, teórico coordinador del Gobierno, no intervino. La discusión entre Blasco y García Antón hizo que la reunión del Consell se prolongara más de lo habitual, lo que obligó al primero a suspender la reunión de la junta directiva del Club de Roma, cuyos integrantes había sido convocados pero no recibieron explicación.

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Campos sí intervino después, para dar cuenta de los asuntos tratados por el Consell. Naturalmente, no habló del rifirrafe. Sí lo hizo sobre la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dada a conocer el jueves. La calificó de "tremendamente positiva", destacó que el Consell es la institución mejor valorada por los valencianos y explicó que los encuestados citan como principales problemas la inmigración y la inseguridad, que son políticas de responsabilidad del Gobierno central. Este también tendría la "culpa", según Campos, de la escasa confianza que el presidente Camps merece a los valencianos: a un 48,6% le merece poca o ninguna confianza. Según Campos, los ciudadanos, en general, muestran poca confianza en los políticos debido a la actuación "disparatada" del Gobierno central socialista y de algunos de sus "compañeros". El vicepresidente del Consell no se refirió inicialmente a las preguntas del CIS sobre la reforma del Estatut, que muestran una notable indiferencia de los valencianos respecto del proyecto. A preguntas de los periodistas, dijo que la indiferencia y el poco conocimiento del contenido que también muestra el sondeo del CIS se deben a que la reforma se ha tramitado con "normalidad". Fuentes de Presidencia de la Generalitat aseguraron que la encuesta ha generado nerviosismo, en especial al presidente.

Por otra parte, el Consell aprobó ayer una oferta de empleo público de personal docente no universitario con 3.006 plazas.

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