Reportaje:

Jaguar recupera su icono

El XK es para Jaguar casi lo mismo que el 911 para Porsche: un mito rodante que representa el mejor icono de su imagen como fabricante. Desde que apareció en 1948, forjó la elegancia y deportividad que caracterizan hoy a la marca inglesa y ha sido siempre uno de los Jaguar más deseados. Sin embargo, el actual XK, que se lanzó en 1996 y llevaba ya 10 años en el mercado sin apenas cambios, había perdido poder de seducción, sobre todo frente al poderío estético de las últimas propuestas de Mercedes (SL) y BMW (Serie 6).

El último XK es ya la octava generación y llega con el objetivo de vol...

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El XK es para Jaguar casi lo mismo que el 911 para Porsche: un mito rodante que representa el mejor icono de su imagen como fabricante. Desde que apareció en 1948, forjó la elegancia y deportividad que caracterizan hoy a la marca inglesa y ha sido siempre uno de los Jaguar más deseados. Sin embargo, el actual XK, que se lanzó en 1996 y llevaba ya 10 años en el mercado sin apenas cambios, había perdido poder de seducción, sobre todo frente al poderío estético de las últimas propuestas de Mercedes (SL) y BMW (Serie 6).

El último XK es ya la octava generación y llega con el objetivo de volver a situar a Jaguar como protagonista entre los deportivos exclusivos. Para lograrlo, actualiza el diseño del XK original y añade una mecánica a la última, con carrocería y chasis de aluminio para reducir el peso, y un planteamiento general más moderno, refinado y confortable.

El nuevo XK saldrá a la venta en España el 23 de marzo con un motor 4.2 V8 de 300 CV y dos carrocerías: cupé (desde 89.000 euros) y descapotable (97.900).

Más grande y cautivador

El nuevo Jaguar actualiza el frontal del modelo de 1948 y presenta una línea más atlética e imponente que la de su antecesor, pero al mismo tiempo con mayor clase y elegancia, tanto en el cupé como en el descapotable. Ahora mide 4,79 metros de largo (antes 4,77) y es algo más ancho y alto. Mantiene una configuración de 2+2 plazas, las delanteras amplias y cómodas, y las traseras muy pequeñas y sólo aptas para niños. Pero, a pesar de su mayor tamaño, la aplicación del aluminio ha permitido reducir 90 kilos el peso del cupé y hasta 140 el del cabrio.

El motor es el mismo que el de ahora: un 4.2 V8 de 300 CV. Pero el menor peso, el nuevo chasis (que incluye suspensiones y frenos más eficaces) y el cambio automático de seis marchas, que funciona con mayor rapidez e incluye unos mandos para cambiar desde el volante, permiten disfrutar más su conducción: circula con mayor aplomo y rapidez en todos los trazados.

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El nuevo XK viene de serie con seis airbags, ABS, control de estabilidad, tapicería de cuero, asientos de ajuste eléctrico, navegador con pantalla táctil, faros bixenón, regulador de velocidad... Las suspensiones electrónicas y la llave inteligente, entre otras cosas, son opcionales.

El XK se ofrece con dos carrocerías, cupé y descapotable, ambas con 2+2 plazas.

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