Extraña conducta de la luz a través de agujeros muy pequeños

De un descubrimiento casual en 1998 a los primeros dispositivos en cartera, en sólo siete años. Ésta es la acelerada trayectoria de una línea de investigación que demuestra teórica y experimentalmente el extraño comportamiento de la luz cuando pasa por agujeros mucho menores que su longitud de onda, algo que se pensaba que no era posible.

Lo último sobre la llamada transmisión extraordinaria de la luz ha sido el estudio de cómo depende el fenómeno del número de agujeros (ya se demostró que si hay un solo agujero no se produce) y cuál es la distribución espacial de la luz cuando e...

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De un descubrimiento casual en 1998 a los primeros dispositivos en cartera, en sólo siete años. Ésta es la acelerada trayectoria de una línea de investigación que demuestra teórica y experimentalmente el extraño comportamiento de la luz cuando pasa por agujeros mucho menores que su longitud de onda, algo que se pensaba que no era posible.

Lo último sobre la llamada transmisión extraordinaria de la luz ha sido el estudio de cómo depende el fenómeno del número de agujeros (ya se demostró que si hay un solo agujero no se produce) y cuál es la distribución espacial de la luz cuando emerge de una placa metálica agujereada. Lo encontrado demuestra que la luz no para de dar sorpresas. "Hemos comprobado que

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todos los agujeros no transmiten igual, la transmisión no sólo no es uniforme sino que depende mucho del ángulo de incidencia de la luz, y hemos propuesto una explicación para estos resultados", explica Francisco García Vidal, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), uno de los autores del trabajo publicado en Nature Physics. No hay que olvidar que se está refiriendo a agujeros microscópicos, en este caso concreto de sólo 135 nanómetros (milmillonésimas de metro) de radio.

Se trata de un fenómeno general de mecánica ondulatoria, basado en los plasmones, olas de electrones en la superficie del metal, que son los que en realidad captan y reemiten la luz. Pero los detalles de cómo se produce la transmisión son muy importantes para cualquier posible aplicación, ya en puertas, en el área de la electrónica, como en fotodiodos y litografía.

El trabajo actual ha sido fruto de la colaboración entre García Vidal y Jorge Bravo Abad, de la UAM; Luis Martín Moreno, de la Universidad de Zaragoza, y el grupo experimental que dirige Thomas Ebbesen (quien fue el descubridor del fenómeno en 1998) en la Universidad Louis Pasteur de Estrasburgo. García Vidal cree que el artículo inaugura la participación española en Nature Physics, revista que salió en octubre.

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