¿Ladrones?

No hace mucho tiempo una empresa quiso deshacerse de cuatro de sus empleados alegando que consumían productos sin el consentimiento de la misma, o sea, que acabarían saliendo del lugar como ladrones. O eso era lo que creían los protagonistas infelices cuando quisieron malplanear este despido. Pero ¿quién cree que esto fuera así? Pocos, muy pocos.

Sólo los que como ovejas siguen al pastor sin descarrilarse, pues si lo hacen sufren el castigo de la terrible mordedura de quien defiende a toda costa las malas acciones de su amo.

Esta confusión duró lo que tardó el juez titular del Ju...

No hace mucho tiempo una empresa quiso deshacerse de cuatro de sus empleados alegando que consumían productos sin el consentimiento de la misma, o sea, que acabarían saliendo del lugar como ladrones. O eso era lo que creían los protagonistas infelices cuando quisieron malplanear este despido. Pero ¿quién cree que esto fuera así? Pocos, muy pocos.

Sólo los que como ovejas siguen al pastor sin descarrilarse, pues si lo hacen sufren el castigo de la terrible mordedura de quien defiende a toda costa las malas acciones de su amo.

Esta confusión duró lo que tardó el juez titular del Juzgado de lo Social de la ciudad de Córdoba en dictar sentencia. Los trabajadores deberían o ser readmitidos o se les debía pagar su correspondiente indemnización, pues entre engaños, encerronas, amenazas y mentiras, esta empresa dedicada al "corte" y confección, entre otras cosas, quiso burlarse y maltratar a parte de su plantilla.

Pero, ¿quiénes son los ladrones? Los empleados del supermercado a los cuales la justicia le ha tendido su toda poderosa mano o aquellos quienes querían beneficiarse de ello y consumen todos los días a cuenta de la empresa o bien mandan que se les cobre la mercancía a un precio que ellos mismos establecen.

¡Qué diría el gato Isidoro de mi vecino si lo dejaran sin su lata de diario.