La inversión empresarial en la Universidad de Málaga en proyectos de I+D creció un 25% en dos años

La Universidad de Málaga (UMA) puede estar satisfecha en cuanto al nivel de cumplimiento de uno de sus objetivos principales: abrirse a la sociedad y estrechar lazos con el mundo empresarial. En los últimos dos años, la inversión de las empresas en proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) encargados a la UMA ha crecido un 25%, según datos facilitados por la Oficina de Transferencia de Resultados (OTRI), dependiente del vicerrectorado de Innovación y Desarrollo Tecnológico.

A este crecimiento ha ayudado la aplicación de uno de los instrumentos ideados para facilitar el intercambio d...

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La Universidad de Málaga (UMA) puede estar satisfecha en cuanto al nivel de cumplimiento de uno de sus objetivos principales: abrirse a la sociedad y estrechar lazos con el mundo empresarial. En los últimos dos años, la inversión de las empresas en proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) encargados a la UMA ha crecido un 25%, según datos facilitados por la Oficina de Transferencia de Resultados (OTRI), dependiente del vicerrectorado de Innovación y Desarrollo Tecnológico.

A este crecimiento ha ayudado la aplicación de uno de los instrumentos ideados para facilitar el intercambio de conocimientos entre los investigadores universitarios y el sector empresarial, los denominados contratos OTRI. Estos acuerdos facilitan la relación contractual entre entidades públicas o privadas con los distintos departamentos universitarios para que éstos lleven a cabo proyectos de I+D.

Así, en los últimos dos años, el incremento del volumen de trabajos de I+D contratados con la UMA ha supuesto que se pase de los 4,9 millones de euros de facturación en este concepto a los 6,5 millones con los que se esperaba cerrar el pasado ejercicio. La OTRI ha firmado 220 contratos en 2005 para desarrollar proyectos de I+D, 23 acuerdos más que los que se cerraron en 2003.

Los tipos de convenios que se establecen entre la OTRI y las empresas van desde los acuerdos marco a los proyectos de I+D, pasando por las iniciativas de apoyo tecnológico o las licencias de explotación. Como resultado de estas relaciones contractuales puede surgir alguna innovación que pueda convertirse en patente, punto flaco de la mayoría de las universidades españolas, donde se patentan poco los resultados de las investigaciones.

La UMA ha tramitado 17 patentes en 2005, cifra que duplica las de 2004 y que supone la cuarta parte de las que ha gestionado la OTRI en sus años de existencia. Poner en valor las patentes, por ejemplo para que cuenten como méritos para los investigadores, es uno de los objetivos que se ha fijado la Universidad de Málaga. Para ello, este curso se ha concedido el primer Premio Inventium.

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