Crónica:FÚTBOL | 18ª jornada de Liga

El Athletic se suicida

Un autogol entre Amorebieta y Lacruz y un fallo garrafal de Aranzubia sirven en bandeja el triunfo a un vulgar Deportivo

Se esperaba en San Mamés un partido duro, tenso, díficil, incluso empantanado. Lo que no se adivinaba era un partido tan raro que a los cinco minutos ya mostró su mala cara. Los arbitros españoles tienen un sentido muy particular de la ley y del protagonismo.Tan asustado estaba el debutante Ayza Gámez por el compromiso en su octavo partido de Liga que a los cinco minutos decretó libre indirecto por pérdida de tiempo del portero del Athletic, Aranzubia. San Mamés enmudeció primero y después rabió. El Athletic obligado a ganar y el árbitro señala libre indirecto por pérdida de tiempo a los cinco...

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Se esperaba en San Mamés un partido duro, tenso, díficil, incluso empantanado. Lo que no se adivinaba era un partido tan raro que a los cinco minutos ya mostró su mala cara. Los arbitros españoles tienen un sentido muy particular de la ley y del protagonismo.Tan asustado estaba el debutante Ayza Gámez por el compromiso en su octavo partido de Liga que a los cinco minutos decretó libre indirecto por pérdida de tiempo del portero del Athletic, Aranzubia. San Mamés enmudeció primero y después rabió. El Athletic obligado a ganar y el árbitro señala libre indirecto por pérdida de tiempo a los cinco minutos... Mal asunto. Tan malo que, a los 25, el Deportivo se adelantó en el marcador sin haber disparado ni una sóla vez a gol. Otro golpe de magia, aunque en este caso el truco fue muy burdo: Lacruz y Amorebieta fueron como trenes descarrilados a frenar un centrito de Valerón y entre ambos llevaron el balón a su portería. Contagiado, Molina salió tarde y permitió un bello gol de Urzaiz. Más contagiado aún, más febril, Aranzubia se tragó el gol tonto de la semana en un centro apenas rozado por Arizmendi que se le coló entre las piernas. Todo raro, todo un suicidio rojiblanco.

ATHLETIC 1 - DEPORTIVO 2

Athletic: Aranzubia; Iraola, Lacruz, Amorebieta (Murillo, m. 69), Expósito; Orbaiz, Tiko (Urzaiz, m. 46); Etxeberria, Guerrero, Dañobeitia (Endika, m. 62); y Aduriz.

Deportivo: Molina; Coloccini, Andrade, Juanma, Capdevila; Sergio, Duscher; Víctor (Scaloni, m. 87), Valerón, Munitis (Romero, m. 78); y Tristán (Arizmendi, m. 46).

Goles: 0-1. M. 25. Centro de Valerón que entre Lacruz y Amorebieta introducen en su propia portería. 1-1. M. 59. Centro de Etxeberria y cabezazo de Urzaiz. 1-2. M. 64. Centro desde la derecha que toca Arizmendi y se cuela entre las piernas y las manos de Aranzubia.

Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó a Etxeberria, Capdevila, Munitis, Coloccini, Juanma y Andrade.

Unos 35.000 espectadores en San Mamés.

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Tan raro estaba el partido que después de tres cabezazos bellos de Guerrero, en sendos centros a balón parado, recordando sus mejores tiempos, el capitán del Athletic decidió... sacar los córners. YColoccini, un central lento y sin cintura, pareció aseado en el lateral derecho frente a Dañobeitia, un chico al que se le presume velocidad, pero que, de tanto repetir jugada, acabó ninguneado.

El partido era raro e injusto. El Deportivo tomó precauciones, tantas que lo que más hizo fue intentar sorprender a Aranzubia desde medio campo. No necesitaba más, teniendo en cuenta que sin disparar a gol se llevaba el partido por delante. Tan poco le importó que apenas se inventó un contragolpe mal finalizado por Andrade.

El Athletic se lanzó a la vorágine como antídoto a la pausa que trataban de imponer Sergio y Valerón. Clemente había apostado por un Athletic con aire visceral, joven y presuntamente aguerrido, con alguna decisión polémica incluida. Clemente mantuvo a Aduriz y relegó a Urzaiz al banquillo, pero es que, además, envió a Llorente a la grada. Conclusión: en el banquillo rojiblanco había un delantero (Urzaiz), cinco defensas y un portero. Y Clemente tiró de Urzaiz, y el grande, muy presionado últimamente por los lebreles, esperó 13 minutos para marcar uno de sus goles. Bien es verdad que Andrade pasó de la jugada, asustado por el salto imponente del navarro, o que Molina reaccionó tarde, pero el gol de Uzaiz fue tan bello como justo por los méritos rojiblancos.

El Deportivo jugaba con el marcador más que con el fútbol. Caparrós, a pesar de su ventaja, decidió dejar en la ducha a un apagadísimo Tristán y dar entrada a un corajudo Arizmendi. En el fútbol a veces la industria puede más que el arte. A Tristán se le supone la calidad, aunque no la enseña, y al ex colchonero Arizmendi la voluntad. A Caparrós el cambio le salió bien. A partir de entonces, el Deportivo pareció algo más allá del círculo central: un par de carreras de Arizmendi, un par de centros de Valerón. Poca cosa, pero al menos noticias de su presencia en San Mamés. Con Arizmendi, Caparrós buscaba la victoria. Cuando Aranzubia le mandó un regalo, con lazo y todo, y le puso el triunfo en bandeja, prefirió otras opciones más defensivas.

En el Athletic, Clemente, perdiendo, tiraba de defensas -lo único que tenía, por decisión propia- sembrando de dudas La Catedral. Algo quedó claro: en los partidos importantísimos, como definió Clemente al de ayer, conviene no afrontarlos con experimentos arriesgados. El paso a la juventud es siempre celebrado, pero, hoy por hoy, el Athletic no puede prescindir de Urzaiz en San Mamés y parece un lujo mandar a la grada a Llorente cuando no hay más delanteros.

Como sería un lujo que el Depor prescindiera de Munitis o Valerón, porque siempre tienen algo que decir. Ayer hablaron, pero hicieron poco. Tan poco que el Depor ganó con dos goles sin apenas disparar a puerta, sin apenas disparar a gol. El Athletic lo hizo por él.

Guerrero (a la izquierda) y Aduriz se lamentan tras uno de los goles del Deportivo.TXETXU BERRUEZO

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