Reportaje:

El arte del exceso

La performance de la tailandesa Araya Rasdjarmrearnsook, que ha impartido una clase magistral sobre el sentido de la vida y la muerte a una clase formada por ocho cadáveres y un público sobrecogido, ha sido el más polémico de los eventos inaugurales de T1: el síndrome de Pantagruel, la gran exposición (hasta el 19 de marzo) que abre las Olimpiadas de la Cultura, una serie de eventos vinculados a los Juegos de Invierno, que se celebran en febrero. Heredera de la trienal de Turín, la exhibición está organizada por los tres principales centros de arte contemporáneo de la ciudad: el ...

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La performance de la tailandesa Araya Rasdjarmrearnsook, que ha impartido una clase magistral sobre el sentido de la vida y la muerte a una clase formada por ocho cadáveres y un público sobrecogido, ha sido el más polémico de los eventos inaugurales de T1: el síndrome de Pantagruel, la gran exposición (hasta el 19 de marzo) que abre las Olimpiadas de la Cultura, una serie de eventos vinculados a los Juegos de Invierno, que se celebran en febrero. Heredera de la trienal de Turín, la exhibición está organizada por los tres principales centros de arte contemporáneo de la ciudad: el Castello di Rivoli, la Fundación Sandretto Re Rebaudengo y la Galería de Arte Moderno, que -junto a otras cuatro sedes- acogen las obras de 75 jóvenes artistas de medio centenar de países, encabezados por dos creadores ya consagrados: Takashi Murakami y Doris Salcedo, tan lejanos en su forma de concebir el arte como Japón lo está de Colombia.

La Trienal de Turín abre una serie de eventos vinculados a los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebran en febrero

Heredera del arte povera y conceptual, Salcedo condensa en sus esculturas toda la impotencia y la rabia de un país sometido a una violencia constante. Abismo, su intervención arquitectónica para el Castello di Rivoli, prolonga la bóveda del siglo XVIII, tapando paredes y ventanas hasta crear un espacio misterioso, abismal e insondable, símbolo de la presión del poder, hoy aún más agobiante que cuando en 1732 Victorio Amadeo II murió en el castillo su padre, el rey Carlos Manuel de Saboya. Del abismo de la opresión al vértigo de las esculturas multicolores de Murakami, donde estética neopop, ciencia-ficción y cultura manga se combinan para dar vida a un universo paralelo poblado por personajes de sexualidad exuberante e ingenuidad cruel, que ya alcanzan cotizaciones récord en el mercado del arte.

Pantagruel, personaje de proporciones gigantescas, voraz apetito y fuerza descomunal, nacido de la fantasía del escritor francés François Rabelais, es el símbolo y la metáfora de una gran exposición que reflexiona sobre el gigantismo y la megalomanía en el mundo del arte, así como sobre la omnifagia cultural, el ansia de conocimiento y el frenesí por el cambio constante en nuestra sociedad. En línea con la necesidad de una visión cada vez más alargada y heterogénea de la creación actual, los comisarios Francesco Bonami y Carolyn Christov-Bagargiev han contado con la complicidad de diez corresponsales de otros tantos países, que les han ayudado a elegir los 75 artistas que mejor pudieran expresar nuestra tendencia al exceso así como el malestar y la sensación de fragilidad e inseguridad que experimentamos a pesar de los progresos técnicos y científicos.

Una inquietud que, irónicamen

te, resumen las esculturas-bomba del ruso Avdei Ter-Oganyan, esparcidas en los rincones más insospechados de las sedes expositivas, así como el malestar se materializa en la instalación del único español presente, Jorge Peris, que literalmente ha llenado una habitación de moho y hongos, generados a partir de una mezcla de pan y agua en determinadas condiciones de humedad y encierro. Aunque inocuos, los microorganismos trasudan de las paredes e invaden el ambiente, atacando el sistema respiratorio del público, que suele reaccionar con asco, molestia e incluso pánico.

Otro tipo de ansia es la que produce el vídeo del argentino Sebastián Díaz Morales, en el que una multitud sumida en la oscuridad asalta una puerta cerrada, como en el sueño de una posible rebelión. De todas formas, en conjunto, la nutrida representación latinoamericana ofrece una visión irónica y positiva de la realidad, encabezada por los dibujos del mexicano Daniel Guzmán y del peruano Fernando Bryce, la escultura que el público puede reconfigurar de los cubanos Allora & Calzadilla y el vídeo del venezolano Javier Téllez, que se proyecta en una carpa de circo y cuenta la aventura de David Smith, el primer hombre bala disparado del otro lado de la frontera entre México y Estados Unidos.

Una imagen de la 'performance' titulada 'La clase', de la tailandesa Araya Rasdjarmrearnsook.
'Kaikai & Kiki' (2005), del japonés Takashi Murakami.

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