Reportaje:

Un plan para el silencio

La Politécnica redactará el plan especial de la propiedad de los Carmelos en el Desert de Les Palmes, declarada BIC

Salvaguardar el patrimonio y la naturaleza, pero también el silencio. Ésa es una de las bases sobre las que la orden de los carmelitas descalzos pretende que se guíe la redacción del plan especial del Bien de Interés Cultural (BIC) que constituye toda su propiedad en el Desert de Les Palmes. Una superficie que supera las 320 hectáreas y que, por ello, lo hace prácticamente único en el país, con excepciones contadas como la de la Fundación César Manrique de Lanzarote, que aúna también patrimonio y naturaleza.

El Ayuntamiento de Benicàssim, la Fundación Desierto de Las Palmas, la Universi...

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Salvaguardar el patrimonio y la naturaleza, pero también el silencio. Ésa es una de las bases sobre las que la orden de los carmelitas descalzos pretende que se guíe la redacción del plan especial del Bien de Interés Cultural (BIC) que constituye toda su propiedad en el Desert de Les Palmes. Una superficie que supera las 320 hectáreas y que, por ello, lo hace prácticamente único en el país, con excepciones contadas como la de la Fundación César Manrique de Lanzarote, que aúna también patrimonio y naturaleza.

El Ayuntamiento de Benicàssim, la Fundación Desierto de Las Palmas, la Universidad Politécnica y el prior de la orden carmelita en el Desert firmaron ayer un convenio por el que la Politécnica asume la labor de redactar el plan especial que habrá de regir los usos y limitaciones de este espacio. Para ello, tal como explicó el arquitecto Pascual Sellés, se conformará un equipo interdisciplinar, ya que los ámbitos que ha de abordar el plan abarcan desde la protección medioambiental y paisajística hasta la patrimonial y arqueológica. Por esta labor, la universidad percibirá 128.000 euros, que serán costeados, al 50%, por el ayuntamiento y la fundación, y determinará las actuaciones que, a partir de la aprobación del plan especial, pueden llevarse a cabo en las 320 hectáreas propiedad de los carmelos.

Pero pese a toda la riqueza que aúna el espacio y a las dificultades que supondrá delimitar el desarrollo de este BIC, tanto el alcalde de Benicàssim, Manuel Llorca, como el máximo responsable de la orden en la región y representante de la Fundación, Pascual Gil, quisieron destacar la necesidad de proteger el "origen" de la selección de este lugar por parte de los carmelitas: el silencio que, para Gil, "lleva a la espiritualidad". El silencio que se encuentra a escasos kilómetros de la capital de La Plana y junto a Benicàssim, uno de los municipios más bulliciosos, al menos durante el verano, de la provincia.

Por eso, la Fundación, de la que no sólo forman parte los carmelos sino también un sinfín de personas vinculadas al Desert, ha trabajado ya en un proyecto de ordenación integral de la zona que, en cualquier caso, habrá de ajustarse a lo que finalmente determine el plan especial. Así, la idea es la de recuperar, como eje para la ordenación, el camino que unía la portería alta con el convento antiguo, que son los dos puntos más alejados de la propiedad y entre los que se apuesta por la intervención en cuatro zonas. En la zona de la portería alta existen dos ermitas que se conciben como recordatorio a su destino original, el retiro y el silencio. El eje sitúa como siguiente punto de intervención el museo que la orden tiene abierto al público, con la intención de ampliarlo para poder exhibir y difundir todos los fondos de la comunidad carmelita de la provincia de Aragón y Valencia, que incluye también Murcia y Baleares. Pero además la orden posee otros tesoros como son los que componen el fondo bibliográfico que han de ser reubicados y dotados de un sistema que posibilite su consulta y difusión. La tercera área de intervención se situaría en el actual centro de espiritualidad, donde se pretende crear un centro de estudios sobre la mística, como un lugar de investigación y estudio, que daría paso además al parque de contemplación, de acceso controlado, ubicado en torno a las ruinas del antiguo convento.

La idea está plasmada. Ahora, faltan los instrumentos, como el plan especial y, sobre todo, el dinero para salvaguardar el silencio.

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