Rubio alerta sobre la edificabilidad prevista en la parcela de Mestalla

Rafael Rubio, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, alertó ayer sobre el exceso de edificabilidad previsto en la parcela que alberga en la actualidad el estadio de Mestalla. La parcela ocupa 30.520 metros cuadrados y podría soportar 55.546 metros de edificabilidad, pero los proyectos que baraja el Valencia CF, propietario de la parcela a reclasificar, la elevan a 89.180 metros cuadrados.

La reclasificación de la parcela sobre la que se asienta el estadio de Mestalla, el volumen de edificabilidad previsto sobre el solar y la cesión al Valencia CF - a través de permutas de s...

Rafael Rubio, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, alertó ayer sobre el exceso de edificabilidad previsto en la parcela que alberga en la actualidad el estadio de Mestalla. La parcela ocupa 30.520 metros cuadrados y podría soportar 55.546 metros de edificabilidad, pero los proyectos que baraja el Valencia CF, propietario de la parcela a reclasificar, la elevan a 89.180 metros cuadrados.

"¿Qué gana la ciudad por el conjunto de la operación del Valencia CF?"

La reclasificación de la parcela sobre la que se asienta el estadio de Mestalla, el volumen de edificabilidad previsto sobre el solar y la cesión al Valencia CF - a través de permutas de suelo- de otra parcela de propiedad municipal de 92.787 metros cuadrados en la avenida de las Cortes Valencianas para la construcción de un nuevo estadio, constituyen una operación urbanística de un calado tal para la ciudad de Valencia que lo menos que se puede exigir es "transparencia" en el conjunto de trámites municipales que lleva aparejada, según reclamó ayer el portavoz socialista en el Ayuntamiento.

El primer "pero" surge a la vista de la transformación que sufrirá Mestalla. Una vez derribado, y de acuerdo con el coeficiente de edificabilidad de la zona, podrían levantarse hasta 55.546 metros cuadrados bajo techo. Pero está previsto edificar 89.180 metros cuadrados. "Es como si parte de la avenida de Aragón, de la calle Juan Reglá y de la avenida de Suecia fueran parte de la parcela", explicó Rubio, "y sería la primera vez que se concede la edificabilidad de viales que son propiedad del Ayuntamiento". "Vicente Soriano, vicepresidente del Valencia", apuntó Rubio, "ha comentado que la operación reportará al club unos ingresos de 450 millones de euros, y debe saber lo que dice, porque es constructor, como la mayoría de los miembros del consejo".

En segundo lugar, Rubio invocó el protocolo suscrito el 29 de julio de 2004 por la Generalitat, el Ayuntamiento y el Valencia CF para la construcción de un nuevo estadio. El protocolo suscrito en el ambiente emocional tras ganar la Liga establecía la constitución a tres bandas de "una persona jurídica" entre cuyas funciones se fijaban taxativamente: "La realización de las actuaciones necesarias para el desarrollo del proyecto técnico que finalmente se apruebe y la ejecución de las correspondiente obras, así como la posterior explotación de las instalaciones deportivas y actividades terciarias compatibles que puedan establecerse". Pero ese protocolo ha caído en el olvido, lamentó Rubio, y el club deportivo asume en solitario todo el protagonismo de la operación urbanística en torno al nuevo estadio.

"A la vista de las maquetas, que nadie nos ha invitado a ver", dijo Rubio, "ninguna especifica los metros cuadrados que se destinarán a usos terciarios como comercios o usos hoteleros y hosteleros". Pero de acuerdo con la actual redacción del plan general, la parcela donde se levantará el estadio "sólo admite usos terciarios en bloques independientes de un máximo de 200 metros cuadrados para venta de bocadillos o bebidas".

La posibilidad de ubicar una gran superficie comercial, un hotel o restaurantes de cierto tamaño exige una primera modificación del plan que "nadie ha planteado de momento", comentó Rubio.

La permuta de suelo que permitirá al Valencia CF hacerse con la propiedad de la parcela municipal, además, "obvia los usos lucrativos previstos en el futuro estadio". La ciudad exige al club suelo para dotaciones deportivas, no suelo capaz de albergar un centro comercial, por ejemplo. Y, sobre todo, "¿qué beneficio obtiene la ciudad por el conjunto de la operación?". El Valencia CF tiene previsto levantar un estadio cuyas obras financiará a través de la explotación comercial de los aledaños y, al cabo de 30 años de cesión, asumirá la titularidad del suelo. "¿Por qué no encabeza la operación el propio Ayuntamiento?", preguntó Rubio, "reclasifica el suelo, se lo cede, construye el estadio, levanta un hotel, una gran superficie, etcétera".

El portavoz socialista insistió en desvincular a la institución deportiva de la operación urbanística y optó por los nombres y apellidos de los actuales miembros del consejo del Valencia CF y del equipo de gobierno que encabeza la alcaldesa Rita Barberá. "Hubo un tiempo en que los naranjeros eran los dueños del Valencia, ahora son los constructores", siguió Rubio, "sólo nos queda soñar con que algún día los dueños del equipo de fútbol sean empresarios de biotecnología, por ejemplo".

"El señor Rubio, cuando habla de la recalificación de Mestalla inventa cuestiones y pinta planos y los interpreta faltando a la verdad y sabiendo que falta a la verdad", respondió el teniente de alcalde, Alfonso Grau, quien recalcó que el estudio de aprovechamiento urbanístico de Mestalla "es conocido desde hace meses". Grau reiteró, en relación con la permuta de terrenos que pretende el Valencia para controlar en solitario el nuevo estadio, que ésta, de producirse "será con valor equiparable; no metro a metro". En cualquier caso, el coeficiente de edificabilidad de la parcela del futuro Mestalla "seguiría siendo el mismo", aseveró Grau.