El mal tiempo obliga a cerrar el Bus-VAO en sentido entrada

Las autovías de entrada a la capital sufrieron también los avatares del mal tiempo y en especial de la niebla.

La peor parte se la llevaron ayer los conductores de los municipios comunicados con la capital a través de la carretera de A Coruña (A-6), que se encontraron con la sorpresa de que el carril Bus-VAO estaba cerrado. Según fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT), las densas nieblas, con una visibilidad prácticamente nula, hacían muy peligroso la apertura de esta calzada para vehículos de alta ocupación.

Un día normal, el Bus-VAO se abre en sentido a la capital a l...

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Las autovías de entrada a la capital sufrieron también los avatares del mal tiempo y en especial de la niebla.

La peor parte se la llevaron ayer los conductores de los municipios comunicados con la capital a través de la carretera de A Coruña (A-6), que se encontraron con la sorpresa de que el carril Bus-VAO estaba cerrado. Según fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT), las densas nieblas, con una visibilidad prácticamente nula, hacían muy peligroso la apertura de esta calzada para vehículos de alta ocupación.

Un día normal, el Bus-VAO se abre en sentido a la capital a las seis de la madrugada, pero la niebla que había en la región nada más amanecer desaconsejaba el uso de este carril. La Guardia Civil no ordenó su apertura hasta las ocho y media de la mañana. Mientras tanto, en la A-2 miles de conductores sufrían retenciones de cerca de 20 kilómetros en Torrejón.

Ya en la capital, se repitieron los problemas con el Bus-VAO. Como todos los autobuses llegaron a la vez al intercambiador de Moncloa, la multiestación se colapsó. Era incapaz de absorber el tráfico. Los autocares que unen Moncloa con la zona oeste tuvieron que esperar mucho tiempo hasta entrar en Moncloa. Eso motivó que muchos viajeros decidieran ir andando hasta el metro y las paradas de los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT).

Los atascos llegaron hasta el kilómetro 7 de la A-6, según fuentes municipales. Ante esta eventualidad, los responsables del intercambiador decidieron cerrar la entrada de autobuses hasta que se solucionó el problema.

La autovía de Toledo (A-42) tuvo retenciones por la niebla en Parla y en la entrada a la capital, 21 kilómetros, mientras que la de Extremadura (A-5), un total de 13 kilómetros, entre Móstoles y Cuatro Vientos.

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La M-40 registró 22 kilómetros de atascos desde Mercamadrid hasta el desvío de la autovía de Barcelona y en los túneles de El Pardo.

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