Reportaje:

Las claves de la marca Aljarafe

Los expertos critican el desarrollo "irracional" de la comarca con más crecimiento de Sevilla

Jorge Benavides, profesor del departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad de Sevilla, cuenta que empezó a escribir sobre el Aljarafe tras asistir con su hijo, en enero de 2004, a la inauguración de Ikea: "Llevaba años reflexionando sobre el Aljarafe, pero ese día me di cuenta de la dimensión del problema". Benavides rememoró el caos de tráfico que originó la apertura de la primera tienda en Andalucía de la empresa de muebles. Hoy este arquitecto dice notar una "cierta pasividad" en los sevillanos, que están "soportando en silencio" un fenómeno "irracional".
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Jorge Benavides, profesor del departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad de Sevilla, cuenta que empezó a escribir sobre el Aljarafe tras asistir con su hijo, en enero de 2004, a la inauguración de Ikea: "Llevaba años reflexionando sobre el Aljarafe, pero ese día me di cuenta de la dimensión del problema". Benavides rememoró el caos de tráfico que originó la apertura de la primera tienda en Andalucía de la empresa de muebles. Hoy este arquitecto dice notar una "cierta pasividad" en los sevillanos, que están "soportando en silencio" un fenómeno "irracional".

Benavides fue uno de los participantes ayer en un seminario que bajo el título ¿Otro Aljarafe es posible? reunió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura a economistas, geógrafos, arquitectos y estudiantes para analizar la expansión de esta comarca en la que residen ya más de 300.000 personas y que en la próxima década llegará al medio millón de habitantes. Los expertos coincidieron en que lo que nació como un modelo de ciudad menos estresante que la capital se está convirtiendo en un entorno "autista" e "incómodo". "Y para colmo, feo", según lo definió Benavides.

Una de las reflexiones que más se repitieron ayer es que en el Aljarafe se está creando una ciudad que "excluye" a los que no tengan coche. "Quien no tiene vehículo no tiene acceso a todos sus bienes y servicios", señaló Carolina Márquez, profesora del departamento de Economía Aplicada II, para quien el Alajarafe, más que un modelo urbano es un "modo de vida". "Es una copia del American way of life, que desparrama la ciudad por el territorio". "El coche se ha convertido en parte de la indumentaria de los norteamericanos y lo mismo está pasando aquí. No se puede salir de casa sin él", señaló, por su parte, Benavides.

A pesar de que el reclamo más usado en las nuevas promociones inmobiliarias es la naturaleza, los expertos reunidos ayer pusieron de manifiesto la falta de espacios públicos del Aljarafe. El área metropolitana de Sevilla cuenta con algunos grandes espacios naturales alejados de los núcleos urbanos y a los que los sevillanos sólo acuden los fines de semana. Según Antonio García, del departamento de Geografía Humana, los espacios públicos están mejor resueltos en los cascos urbanos originales que en las nuevas urbanizaciones de adosados. "En el Aljarafe, salvo contadas ocasiones, los espacios públicos no tienen ni nombre. No existen, son metros", señaló García, quien cree que la reserva de pequeños solares sin edificar obedece más a la necesidad de cumplir con las normas urbanísticas que a un interés por crear puntos de encuentro.

García proyectó varias diapositivas de supuestos parques del Aljarafe, en los que abundan las explanadas de albero o cemento sin más mobiliario que varios bancos de hierro. Frente a la falta de parques, los grandes centros de consumo y ocio se han convertido en los verdaderos espacios públicos del área metropolitana, el único lugar en el que "se genera comunicación social", según García, quien abogó por no "criminalizar" estos centros. "Son lugares que resultan sugerentes y habría que preguntarse por qué gustan más que los espacios libres", señaló. Según los datos aportados por Víctor Fernández Salinas, otro profesor de Economía Aplicada, en Castilleja de la Cuesta, el municipio que acoge la tienda Ikea, ya había, en 2004, 61.000 metros cuadrados de centros comerciales, apenas la mitad que en la capital (130.000 metros cuadrados).

Fernández desgranó aspectos comunes entre el Aljarafe y otras áreas metropolitanas, como las creación de un modelo de ciudad "difuso" o la generalización de las viviendas unifamiliares, pero también puso de manifiesto peculiaridades de esta comarca, como la importancia de sus recursos paisajísticos, la competencia de los ayuntamientos para crear suelo urbanizable y la que quizás es la clave del éxito: la buena imagen, que, a pesar de las críticas, tiene entre los sevillanos esta zona del área metropolitana. "El Aljarafe tiene buena marca, ha sabido venderse", señaló Fernández.

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