Crítica:

Del papel a la pared

El nombre de Jordi Socías es una referencia inevitable cuando contemplamos la evolución del fotoperiodismo y sobre todo de la edición gráfica en España durante las últimas tres décadas. Su nombre ha estado asociado a dos principios fundamentales: el compromiso y la libertad creativa. El primero, aplicado a su trabajo como fotógrafo de prensa en los años de la transición, para revistas como Cambio 16 o La Calle, y como fundador en 1979 de la agencia Cover, que aportó aires nuevos al periodismo gráfico. Y el segundo, la libertad creativa y la renovación en el estilo y el concepto, ...

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El nombre de Jordi Socías es una referencia inevitable cuando contemplamos la evolución del fotoperiodismo y sobre todo de la edición gráfica en España durante las últimas tres décadas. Su nombre ha estado asociado a dos principios fundamentales: el compromiso y la libertad creativa. El primero, aplicado a su trabajo como fotógrafo de prensa en los años de la transición, para revistas como Cambio 16 o La Calle, y como fundador en 1979 de la agencia Cover, que aportó aires nuevos al periodismo gráfico. Y el segundo, la libertad creativa y la renovación en el estilo y el concepto, ejercido a través de su trayectoria como editor gráfico en publicaciones de referencia como Madrid Me Mata, El Europeo, Cinemanía y, actualmente, en el EPS. Estas dos vertientes de su trayectoria quedan recogidas con claridad en la retrospectiva que presenta la Biblioteca Nacional a través de cerca de 80 fotografías y un vídeo sobre su dedicación a la edición gráfica.

MAREMÁGNUM. JORDI SOCÍAS (1973-2005)

Biblioteca Nacional

Paseo de Recoletos, 20

Madrid

Hasta el 11 de diciembre

Un recorrido que se inicia en los años setenta: imágenes construidas desde un compromiso alimentado en los años de la dictadura y que muestran, más que un afán por ilustrar los acontecimientos de la transición, un interés por sintetizar la atmósfera y las ilusiones de aquella época. Esta dedicación al fotoperiodismo encuentra su evolución natural en la práctica de un documentalismo en el que intenta captar, ante todo, la puesta en escena de la calle. Una mirada más intuitiva que interpretativa, de fuerte aliento poético, en la que encontramos un estilo que remite con claridad a una de sus principales fuentes de inspiración: Cartier-Bresson.

Junto a esta vertiente comprometida y humanista, encontramos también una faceta muy ligada a su labor como editor gráfico. En ella despliega una atmósfera onírica y surrealista, en la que predomina el color frente al blanco y negro. Una creatividad suelta, muy ligera, siempre tocada por un humor cercano a la ironía. Aquí es fácil ver cómo Socías piensa en "papel", visualiza la edición de las imágenes al realizarlas. Acertadamente, el montaje de esta exposición remite al juego de paginación y maquetación que ha caracterizado su labor como editor gráfico. Las imágenes dialogan, potencian su fuerza y su significación en la secuencia de la página impresa.

Y por último está el retratista. Una dedicación constante en la que su versatilidad se ha convertido en una marca de estilo. Es en sus retratos donde podemos ver una condensación de sus otras vertientes creativas. Un compromiso con el personaje, una capacidad para sintetizar lo que representa, pero al mismo tiempo una levedad y una naturalidad que los hace siempre en cercanos.

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