Entrevista:PERICO SAMBEAT | Músico de Jazz

"Nunca he cobrado 'royalties' de mis discos anteriores"

El saxofonista Perico Sambeat (Valencia, 1962) es actualidad. Apenas llegado de Ecuador, en donde colaboró en sesiones de grabación y conciertos con jazzistas del país suramericano, se sumergió en la vorágine del 9 de octubre. Al lado del Palau de les Arts, tocó y dirigió a una gran orquesta sobre un repertorio basado en sus composiciones. Ahora ha supervisado y participado en un proyecto discográfico de la SGAE sobre nuevos temas para big band de músicos de jazz valencianos, que debería aparecer antes de fin de año. Pero es sobre todo de su reciente y último disco aparecido, ...

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El saxofonista Perico Sambeat (Valencia, 1962) es actualidad. Apenas llegado de Ecuador, en donde colaboró en sesiones de grabación y conciertos con jazzistas del país suramericano, se sumergió en la vorágine del 9 de octubre. Al lado del Palau de les Arts, tocó y dirigió a una gran orquesta sobre un repertorio basado en sus composiciones. Ahora ha supervisado y participado en un proyecto discográfico de la SGAE sobre nuevos temas para big band de músicos de jazz valencianos, que debería aparecer antes de fin de año. Pero es sobre todo de su reciente y último disco aparecido, Ziribuye (editado y distribuido por Karonte Records), de lo que habla en la entrevista.

Pregunta. Tras Friendship para el sello ACT, que contaba con amigos americanos convertidos en luminarias del jazz actual, Ziribuye parece más familiar. Y no solo porque cante su sobrina Elma un tema, la portada sea de Rhea y el diseño de Zoe ...

"Quizá en el caso del presente disco la relación entre literatura y música quede más de manifiesto".
"En Valencia vivimos ahora mismo un periodo muy positivo en lo que a buenos músicos de jazz se refiere. Hay un montón de jóvenes".

Respuesta. Creo que cada disco que he hecho hasta ahora ha sido distinto, quizá porque todos los proyectos han sido diferentes y hasta el momento no he hecho dos discos con el mismo grupo. Mucha gente piensa que, tras haber grabado con una de las discográficas más potentes de Europa (refiriéndome al jazz, claro), hacer un disco con un pequeño sello que está empezando es un paso atrás. Yo opino lo contrario: creo que la industria discográfica está sufriendo una gran transformación debido principalmente al intercambio de música en Internet y a la venta de copias piratas. Por mi parte, nunca he cobrado nada de royalties de ninguno de mis discos anteriores. Tanto ACT como Lola Records, las casas con las que grabé en las dos últimas ocasiones, me obligaron a realizar cambios en cuestiones relativas al producto artístico final (cuestiones en las que me considero único responsable), por razones de marketing. En el caso de Ziribuye he supervisado todo el proyecto, desde la música hasta el último detalle, hasta dejarlo exactamente a mi gusto. Por otra parte, el master sigue siendo de mi propiedad. Además, pienso que Karonte, que participa con ilusión en el proyecto, distribuye muy bien.

P. El nombre del disco (Ziribuye), la historia que ha insertado, incluso los títulos de algunos temas, remiten a la ciencia ficción. ¿Le interesa ese mundo?

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R. Me interesa la ciencia ficción tanto como toda aquella literatura de gran potencial imaginativo (Borges, Bioy Casares...). Pienso que, por ejemplo, la historia de la mitología griega que se refiere a Dédalo (padre de Ícaro), que construye estatuas de madera que se movían solas a modo de robots, es en cierta forma ciencia ficción. Y tiene varios milenios de antigüedad. Creo que toda forma de arte debe ser bella e imaginativa, y siempre intento que mi música lo sea. Quizá en el caso del presente disco la relación entre literatura y música quede más de manifiesto, ya que el tema que da título al CD intenta ilustrar de forma sonora el cuento ruso que está incluido en el cuadernillo.

P. Está escribiendo mucha música. Creo que salvo Epicuro, la mayor parte del material es nuevo. La elección de un sexteto (con tres vientos) ¿le permite jugar con los arreglos? ¿posibilita una mayor gama expresiva?

R. Siempre me han fascinado los arreglos a tres voces porque, a diferencia de las cuatro voces (en que se basa toda la teoría de arreglos tanto en jazz como en la clásica), tienen que funcionar de forma más autónoma, menos relacionada con la armonía, de manera más libre, formando colores y texturas interesantes (al menos, ésa es mi opinión). Éste es el único disco después de Ademuz (1995) en que toda la música es mía, y creo que éste es el disco del que estoy más satisfecho hasta el momento. Me sigue encantando tocar y versionear estándares, siempre estoy encontrando viejos temas con melodías preciosas y acordes muy interesantes, pero para mí es muy importante escribir y tocar mi propia música. Es una forma de desarrollar mis ideas, un medio de búsqueda musical.

P. Tras este disco, ¿cuáles son sus proyectos venideros?

R. No tengo ninguna obligación con ninguna discográfica, así que no tengo ninguna prisa en hacer el próximo. De todas formas, pienso que mi siguiente proyecto estará más cerca del flamenco, no sé si en formación grande o pequeña. Tengo muchas ideas y bastante material escrito, tanto de quinteto-sexteto como de big band. Aparte lidero un grupo de funk con música y arreglos originales, un par de tríos con distintos repertorios y sigo trabajando con mi cuarteto habitual.

P. Usted ha contribuido al desarrollo de muchos músicos de jazz valencianos. ¿Cómo ve el panorama actual?

R. Siempre hemos sido un referente muy importante a nivel estatal, quizá únicamente por detrás de Barcelona. En nuestra Comunidad siempre ha habido una mayoría de músicos con un profundo conocimiento de la tradición, y esto lo considero indispensable para afrontar cualquier proyecto de vanguardia. En Valencia vivimos ahora mismo un periodo muy positivo por lo que a buenos músicos de jazz se refiere. Hay un montón de músicos jóvenes que tocan increíblemente bien. Algunos de ellos han marchado a Berklee y otras escuelas norteamericanas y otros están ya recibiendo el reconocimiento que merecen.

Además, sé que hay mucha inquietud por parte de los jóvenes músicos de banda y del conservatorio, donde está previsto llevar a cabo la especialización de jazz. En ese sentido espero que el buen criterio de los directivos de esos centros les haga contar con profesionales del jazz en el momento de impartir clases, y no con profesores de clásica que poco pueden enseñar de esta música.

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