PANTALLA INTERNACIONAL

'La novena compañía' bate marcas de taquilla en Rusia

El filme narra un episodio de la guerra de la URSS en Afganistán

El filme La novena compañía, dirigido por Fiódor Bondarchuk, está causando furor en Rusia y ha batido ya todos los récords de taquilla. En los primeros seis días después de su estreno, la película ha recaudado 7,5 millones de euros, superando con creces -casi en el doble en el mismo periodo- a Guardianes de la noche, película de Timur Bekmambétov basada en la novela homónima de Serguéi Lukiánenko. También ha dejado atrás a los éxitos extranjeros que se muestran en Rusia.

La nueva cinta de Bondarchuk, 41 años, cuenta un episodio del último año de la guerra que la URSS mantu...

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El filme La novena compañía, dirigido por Fiódor Bondarchuk, está causando furor en Rusia y ha batido ya todos los récords de taquilla. En los primeros seis días después de su estreno, la película ha recaudado 7,5 millones de euros, superando con creces -casi en el doble en el mismo periodo- a Guardianes de la noche, película de Timur Bekmambétov basada en la novela homónima de Serguéi Lukiánenko. También ha dejado atrás a los éxitos extranjeros que se muestran en Rusia.

La nueva cinta de Bondarchuk, 41 años, cuenta un episodio del último año de la guerra que la URSS mantuvo en Afganistán. La novena compañía del entonces Ejército soviético recibe la orden de controlar una altura que domina el camino por donde deberán pasar las caravanas de tanques y camiones de los rusos. Pero esto coincide con la decisión de Moscú de retirarse de Afganistán, y por un tiempo los jefes militares en Afganistán se olvidan de la compañía, que es atacada por los muyahidin. En el combate mueren todos los rusos, a excepción de uno, antes de que lleguen los helicópteros en ayuda de la compañía.

Casi la mitad -una hora- de la proyección es una película dentro de la película: el típico filme norteamericano de cómo un sargento durísimo -pero que después resulta tener un corazón bondadoso- convierte a un grupo de muchachos en auténticos hombres. La segunda parte comienza con la que probablemente es la mejor escena y sin lugar a dudas la más espectacular. Los muchachos aterrizan en el aeropuerto de destino y se cruzan con un grupo de veteranos que ya se va. Uno de éstos entrega a su paisano que acaba de llegar su amuleto y cuando el avión despega, es alcanzado por un misil de la guerrilla. El avión gira, llega a aterrizar pero se va rompiendo en pedazos hasta que explota al chocar contra unos recipientes de combustible. Esa sola escena costó cerca de medio millón de euros de un presupuesto de más de siete millones (gastos de publicidad incluidos). Dicho presupuesto es el mayor para una película en la historia del cine ruso; el récord anterior lo ostentaba Guardianes de la noche, con 3,5 millones de euros.

El éxito se explica en gran parte por la gran campaña publicitaria: además de que los anuncios han invadido las calles de Moscú y otras ciudades, los principales canales de televisión han bombardeado al público con anuncios de La novena compañía.

La publicidad del filme subraya que éste está basado en hechos verídicos, afirmación bastante relativa. Es verdad que hubo un episodio parecido, pero sucedió dos años antes y aquella compañía ni fue olvidada -logró resistir gracias al apoyo de los helicópteros que acudieron en su ayuda- ni tuvo tantas bajas: perecieron unos 10 soldados de 100.

A pesar de la posición ambigua de los autores -por una parte pretende ser patriótica y por otra muestra un heroísmo inútil-, es una excelente película para adolescentes, que por lo demás, no tienen muchas opciones a la hora de decidir qué ver: el fin de semana pasado La novena compañía se proyectaba en 65 cines de Moscú.

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