Ritmos y sabores latinos bajo la lluvia

"El ambiente latino es algo muy particular, y esta fiesta es la más parecida a las que hay en mi pueblo de Ecuador". Joffre Gómez, de 29 años, era uno de los 15.000 asistentes -según datos facilitados por los organizadores- de La Feria de las Culturas y la Tolerancia, una fiesta hispanoamericana que se celebró ayer en una explanada junto al lago de la Casa de Campo y que conmemora el Día de la Hispanidad.

Mientras degustaba un guiso de carne y patatas típico de su país, Gómez expresó su satisfacción por el evento: las oportunidades para que se reúnan los hispanoamericanos en Madrid son ...

"El ambiente latino es algo muy particular, y esta fiesta es la más parecida a las que hay en mi pueblo de Ecuador". Joffre Gómez, de 29 años, era uno de los 15.000 asistentes -según datos facilitados por los organizadores- de La Feria de las Culturas y la Tolerancia, una fiesta hispanoamericana que se celebró ayer en una explanada junto al lago de la Casa de Campo y que conmemora el Día de la Hispanidad.

Mientras degustaba un guiso de carne y patatas típico de su país, Gómez expresó su satisfacción por el evento: las oportunidades para que se reúnan los hispanoamericanos en Madrid son escasas, asegura.

Aparte de ser un lugar de encuentro, la feria supone "un esfuerzo para integrar a toda la comunidad hispana, que tiende a agruparse por su país de origen", según Arcángel Hernández, presidente de la Asociación 12 de Octubre, que organizó el encuentro. También colaboraron la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento.

Entre los platos típicos había arepas con queso, ceviche y frutas tropicales

Un reto del encuentro era estrechar los lazos entre españoles e hispanoamericanos

Entre puestos de empresas privadas que intentaban ganar clientes en el cada vez más suculento mercado de consumidores hispanoamericanos, la Asociación 12 de Octubre buscaba a colombianos que quisieran registrarse para votar en los comicios que se celebrarán en ese país en 2006.

Otro de los retos de la fiesta de las culturas era fomentar el intercambio cultural entre los españoles y la comunidad hispanoamericana. No obstante, casi ningún español estaba ayer presente para aceptar el reto de los organizadores. Los que sí acudían eran numerosas parejas jóvenes y familias enteras de inmigrantes -la gran mayoría, de Ecuador y Colombia- que desembolsaron cinco euros por cabeza para participar en el encuentro celebrado en el mayor pulmón verde de la capital. Fue tanta la afluencia de las dos comunidades latinoamericanas más numerosas de la capital, que una pareja de paraguayos afirmó que no se sentían tan representados como esperaban. "Como somos de un país pequeño, apenas hay paraguayos en Madrid. Nuestra comida y música no tienen nada que ver con lo que hay aquí", lamentó Dario Estegaribia. "El año que viene voy a llevar una bandera de mi país", bromeó su acompañante, Cristina Gil.

Los mayores reclamos del encuentro era una extensa oferta de comida y unos diez grupos musicales, todos procedentes de países hispanoamericanos. A media tarde de ayer, mientras desafiaba temperaturas frescas y una lluvia esporádica, la mayoría de los asistentes degustaban comida típica, como arepas con queso, ceviche de pescado, carne asada y ensaladas de frutas tropicales.

Sin embargo, la comida era solamente un aperitivo para el plato fuerte de la fiesta: una larga lista de grupos musicales que tenían previsto tocar hasta la medianoche de ayer. Alrededor de las cinco de la tarde arrancó Tierra Canela, el primer conjunto que animaba el ambiente con cumbias ecuatorianas. Pero no era la única oferta musical; estaba previsto que cantantes de salsa, merengue y swing ayudaran a calentar el ambiente.

La asociación que organizó la fiesta también entregó dos premios a la concejal de Empleo y Servicios a la Ciudadanía, Ana Botella, y la presidenta regional, Esperanza Aguirre, por su "labor en favor de la integración de los inmigrantes", en palabras del presidente de la Asociación 12 de Octubre. Los premios tienen la forma de un árbol. Los organizadores han solicitado a la Comunidad y al Ayuntamiento que levanten ese árbol en forma de estatua en homenaje a la contribución de los inmigrantes a Madrid.

"Los inmigrantes contribuyen a transformar la ciudad, haciéndola más abierta, solidaria, emprendedora, pacífica y cohesionada; todo un ejemplo de convivencia para la hispanidad. La integración es cosa de todos, resumió Botella".