Maragall celebra la Diada de este año como la que marcará el nuevo Estatuto

Unas 15.000 personas asisten al acto institucional organizado por la Generalitat de Cataluña

Cataluña conmemoró ayer su Diada del Onze de Setembre con un acto oficial en el que se izó solemnemente la senyera y se interpretó una nueva orquestación de su himno nacional Els segadors. En una mañana radiante, unas 15.000 personas asistieron al acto en el parque de la Ciutadella, en el que el tenor José Carreras y la cantante catalana de flamenco Mayte Martín, entre otros, interpretaron sendas canciones. El presidente de la Generalitat, el socialista Pasqual Maragall, se mostró convencido de que este Onze de Setembre quedará marcado como "el del Estatut" y consol...

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Cataluña conmemoró ayer su Diada del Onze de Setembre con un acto oficial en el que se izó solemnemente la senyera y se interpretó una nueva orquestación de su himno nacional Els segadors. En una mañana radiante, unas 15.000 personas asistieron al acto en el parque de la Ciutadella, en el que el tenor José Carreras y la cantante catalana de flamenco Mayte Martín, entre otros, interpretaron sendas canciones. El presidente de la Generalitat, el socialista Pasqual Maragall, se mostró convencido de que este Onze de Setembre quedará marcado como "el del Estatut" y consolida la "dignidad institucional" en la conmemoración, modificada por su Gobierno el año pasado, tras los 24 años de Gobiernos de CiU.

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Todo salió muy bien, pero la tensión con que los medios políticos viven las últimas semanas de negociaciones sobre el nuevo Estatuto está ahí, y afloró. El ex presidente Jordi Pujol no asistió ni al acto del parque de la Ciutadella ni a la recepción en el Parlamento catalán. Un grupo reducido, pero organizado, intentó boicotear con silbatos la interpretación de la canción Vidalita por Mayte Martín, sin duda como rechazo al reconocimiento de la diversidad cultural catalana que expresaba. Grupos radicales acusaron de traición a Esquerra Republicana (ERC), en el Fossar de les Moreres y ante al monumento a Rafael Casanova, por haber pactado con la izquierda.

El desplante de Pujol a la invitación oficial se había anunciado desde hace una semana y constituye un indicio de que los nacionalistas de CiU basculan, dudan, entre su vocación como fuerza moderada y constitucional y la tentación de disputar el espacio político a los independentistas de Esquerra Republicana. Pujol leyó el sábado por la noche un discurso patriótico en el Fossar de les Moreres, el lugar escogido desde 1977 por los independentistas y los grupos radicales para celebrar la Diada.

Aunque este gesto de Pujol contribuye a aumentar las dudas sobre si CiU apoyará finalmente o no la reforma del Estatuto, Maragall no se amilanó. Y afirmó, en una declaración en el Parlamento catalán, que ha sido el Gobierno de la izquierda que él preside el que ha instaurado un modelo de conmemoración de la Diada que "unifica y dignifica" lo que los gobiernos nacionalistas de Pujol dejaron en manos de los partidos.

A la recepción en el Parlamento autónomo asistieron las más destacadas representaciones ciudadanas, sociales, económicas y religiosas. Unas 1.600 personas, que pudieron ver cómo Maragall, el presidente del Parlament, Ernest Benach, y los líderes de todos los partidos brindaban conjuntamente. Además de Maragall y Benach, los que brindaron fueron la socialista Manuela de Madre; Artur Mas, presidente de CiU; Josep Lluís Carod, de ERC; Josep Piqué, del PP; y Joan Saura, de Iniciativa Verds.

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La recta final

A estos actos asistieron el ministro de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla, y el presidente del Gobierno balear, Jaume Matas. A preguntas de los periodistas, Matas dijo que veía "difícil" la aprobación de la reforma del Estatuto catalán, pero cree que "al final se conseguirá". Matas explicó que visto "desde fuera, aunque con cierta proximidad", se percibe incluso con "cierta envidia" que "en Cataluña los acuerdos políticos son una práctica habitual".

Los miembros del Gobierno catalán y los dirigentes de los tres partidos de la izquierda que lo componen aprovecharon la conmemoración para presionar a CiU, que el martes ha de presentar una propuesta sobre el título de la financiación en el nuevo Estatuto del que depende que haya o no acuerdo sobre el conjunto del proyecto.

El consejero de Economía, Antoni Castells, recordó que el Gobierno tripartito tiene "la mano tendida a CiU" para que haya un acuerdo, pero advirtió de que la insistencia de los nacionalistas en reclamar un concierto económico entre Cataluña y el Estado "es tanto como decir que no se quiere el Estatuto". Carod reclamó que se abandonen "los aventurismos, la demagogia y las posiciones obstruccionistas", que según él provienen en estos momentos de los "aparatos" de los partidos más que de sus líderes.

Artur Mas, que estuvo acompañado por Josu Jon Imaz, del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Anxo Quintana, del Bloque Nacionalista Galego, instó a los demás partidos a ser "ambiciosos" y "no quedarse cortos" en la redacción del Estatuto. Y aseguró que "habrá un buen Estatuto porque CiU es decisiva".

Por la tarde, en el estadio del FC Barcelona, que se enfrentaba al Mallorca, con Matas y Maragall en el palco, unos empleados del club desplegaron antes del partido una gran pancarta sobre el césped con la leyenda "Queremos el Estatuto", en catalán. El RCD Espanyol ha anunciado que no hará ningún gesto de este tipo hasta que no haya consenso.

Los presidentes de la Generalitat y del Parlamento, Maragall y Benach, en el acto oficial de la Diada.JOAN SÁNCHEZ

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