¡Cuidado con 'Eau Rouge'!
El Mundial de F-1 llega a uno de los mejores circuitos del campeonato. Un circuito para pilotos, un lugar mítico que encumbra a sus ganadores. A todos les gusta y cada uno tiene algún buen o mal recuerdo de su paso por la carrera belga. Michael Schumacher corrió allí su primera carrera en la F-1 y acabó quinto. Y después ganó su primer gran premio allí con Benetton. Fernando Alonso se dio a conocer mundialmente cuando ganó la carrera de F-3000 en 2000. El trazado de Spa Francorchamps tiene siete kilómetros y esa distancia da para mucho: curvas rápidas, lentas, chicanes, rectas en las qu...
El Mundial de F-1 llega a uno de los mejores circuitos del campeonato. Un circuito para pilotos, un lugar mítico que encumbra a sus ganadores. A todos les gusta y cada uno tiene algún buen o mal recuerdo de su paso por la carrera belga. Michael Schumacher corrió allí su primera carrera en la F-1 y acabó quinto. Y después ganó su primer gran premio allí con Benetton. Fernando Alonso se dio a conocer mundialmente cuando ganó la carrera de F-3000 en 2000. El trazado de Spa Francorchamps tiene siete kilómetros y esa distancia da para mucho: curvas rápidas, lentas, chicanes, rectas en las que se alcanzan velocidades de hasta 330 y 340 kilómetros por hora. Y tiene también un punto muy peligroso: la curva Eau Rouge, donde ha habido ya muchos accidentes importantes y donde los pilotos pasan con el pie pisando a fondo el acelerador a 300 kilómetros por hora.
Cada punto del trazado tiene algo especial. Se inicia con la corta recta de salida y con una paella de 180º muy ancha, que suele causar problemas en la aglomeración propia de la primera curva. Allí pueden quedarse ya algunos coches. Después llega una bajada e inmediatamente una subida muy rápida que lleva a Eau Rouge, una curva hacia la derecha medio ciega, peligrosa, y que los pilotos aseguran que la toman a tope. Yo creo que levantan algo el pie. Le siguen una recta larga, chicanes, la curva Stavelot y luego se afronta la parte final, bastante recta, cortada sólo por la Parada del Autobús, la chicane que abre el camino hacia la línea de llegada y la entrada en boxes.
Es un circuito completísimo, exigente para los neumáticos, para los motores y para la aerodinámica. Hay que ajustar y equilibrar muy bien todos los componentes, porque se necesita tracción para las curvas lentas, pero poca carga aerodinámica para aumentar la velocidad en las rectas. Luego hay que prever todo tipo de circunstancias climáticas. Incluso es posible que esté lloviendo en una parte del circuito y en otras no. Pero la tradición marca que en Spa suele aparecer la lluvia en algún momento, circunstancia que marcaría la carrera, porque sería la única hasta ahora con lluvia, y podría dar un vuelco a los pronósticos y permitir a Ferrari dar un golpe de efecto.
Sin embargo, pase lo que pase, si no les surgen los problemas que les están afectando tanto durante la temporada, los McLaren serán imbatibles. Si todo se desarrolla sin dificultades extras, a los McLaren de Kimi Raikkonen y de Juan Pablo Montoya sus rivales ni les verán. El finlandés no ha tirado aún la toalla, porque sabe lo importante que es para él pero también para el equipo que gane las cuatro carreras que quedan. McLaren quiere el título de marcas y puede restar los ocho puntos de ventaja que ahora le lleva Renault porque sus coches son más rápidos.
No creo que Fernando Alonso tome ningún riesgo. Conoce muy bien este circuito y sabe lo peligroso que es; sabe que no permite errores. Tal como ha demostrado ya en las últimas carreras, su cabeza está pensando más en el campeonato que en cada gran premio. Tiene un objetivo claro y corre para rematar el título. Tal vez no lo logre en Spa. Le da lo mismo. No tiene que salir a hacer demostraciones. Le basta con ser tercero o cuarto, sin arriesgarse y asegurándose puntuar. Y este va a ser el planteamiento de Renault. Cuando el título de Alonso esté en el bolsillo, entonces será el momento de volver a ser agresivo y de buscar los puntos para asegurarse el título de marcas.