TENIS | Open de Estados Unidos

Moyà ofrece la peor imagen de sí mismo

El día en que se despidió del Open de EE UU, Juan Carlos Ferrero dijo que lo suyo era sólo una cuestión mental y que no había nada que cambiar en su juego. Cuando en la noche del jueves perdió (2-6, 2-6 y 6-7) ante el sueco Robin Soderling, Feliciano López adujo: "No ha sido mi día". Y ayer le llegó el turno a Carlos Moyà, que aseguró irse con una sensación "fea, muy mala".

El tenis español ha perdido ya a la mayoría de sus estandartes. De los 21 que iniciaron el torneo quedan Rafael Nadal, Tommy Robredo, Fernando Verdasco, David Ferrer -estos dos últimos superaron ayer, respectivamente...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El día en que se despidió del Open de EE UU, Juan Carlos Ferrero dijo que lo suyo era sólo una cuestión mental y que no había nada que cambiar en su juego. Cuando en la noche del jueves perdió (2-6, 2-6 y 6-7) ante el sueco Robin Soderling, Feliciano López adujo: "No ha sido mi día". Y ayer le llegó el turno a Carlos Moyà, que aseguró irse con una sensación "fea, muy mala".

El tenis español ha perdido ya a la mayoría de sus estandartes. De los 21 que iniciaron el torneo quedan Rafael Nadal, Tommy Robredo, Fernando Verdasco, David Ferrer -estos dos últimos superaron ayer, respectivamente, al chileno Capdeville y al eslovaco Kucera por 6-4, 6-2 y 7-5 y 6-3, 6-0 y 6-2-, y Anabel Medina. Albert Montañés, por su parte perdió ayer con el belga Rochus por 6-4, 2-6, 1-6 y 3-6.

Más información

Moyà estaba disputando su partido contra el italiano Davide Sanguinetti, de 33 años y 59º del mundo, mientras Nadal concentraba numeroso público en la pista en la que se entrenaba. Nadal no parecía muy satisfecho de cómo le iban las cosas. No acaba de encontrar su golpe ganador y sabe que lo va a necesitar ante James Blake. Pero lo suyo es anecdótico comparado con el desierto de Moyà, que ganó la primera manga, pero luego sufrió un bajón físico incomprensible hasta perder por 6-3, 1-6, 2-6 y 4-6.

"No sé a qué pudo ser debido, pero comencé a sentirme débil. Todo el nivel de mi juego bajó, saqué peor y me costaba moverme", reconoció Moyà, de 29 años, que ha descendido en el ránking hasta el 33º puesto. "El objetivo ahora es acabar dignamente la temporada. Quizás, tras ganar la Copa Davis el año pasado, me relajé un poco. Y la lesión en un hombro me ha perjudicado también. Pero el principal problema creo que fue no tener un objetivo claro".

Archivado En