Todo por una sonrisa
Los que afortunadamente no tienen que hacer visitas al hospital Materno Infantil, quizás no sepan que allí va un grupo de voluntarios a entretener a los niños enfermos. Se llama así: Todo por una sonrisa. Y no sólo existe en Málaga, también en otras ciudades españolas. Durante la semana, además del trabajo y de sus responsabilidades cotidianas, se reúnen para preparar actuaciones de payasos, manualidades, ensayan y escriben cuentos, poesías, guiñoles y se llegan al hospital para estar con estos niños, para transportarlos durante algunas horas a un mundo fantástico instalado en las afueras de l...
Los que afortunadamente no tienen que hacer visitas al hospital Materno Infantil, quizás no sepan que allí va un grupo de voluntarios a entretener a los niños enfermos. Se llama así: Todo por una sonrisa. Y no sólo existe en Málaga, también en otras ciudades españolas. Durante la semana, además del trabajo y de sus responsabilidades cotidianas, se reúnen para preparar actuaciones de payasos, manualidades, ensayan y escriben cuentos, poesías, guiñoles y se llegan al hospital para estar con estos niños, para transportarlos durante algunas horas a un mundo fantástico instalado en las afueras de la enfermedad. Les ayudan a cultivar su capacidad de soñar en medio del sufrimiento. Los médicos ponen la ciencia y ellos el corazón. Un esfuerzo completo. Cito a Minerva Salado cuando dice que "el amor es un templo al que hay que entrar con miel de las abejas en tus manos". Pongamos por templo a los niños del Materno Infantil. El salario de estos voluntarios es la sonrisa de los pequeños enfermos. Llenan canastas y canastas de alegría. Lo dan todo por una sonrisa..