La policía científica investiga los disparos "al aire" en los altercados del sábado en Sants

TMB y el Ayuntamiento de Barcelona se personarán como acusación particular en la causa

La policía científica, a la que las autoridades del metro entregaron ayer una grabación del altercado que se produjo en la estación de metro de Mercat Nou el pasado sábado, investiga si el orificio en una pared de esa estación, en el barrio de Sants, corresponde a un disparo de los agentes. El orificio está a 1,80 metros de altura en una zona descubierta, lo que imposibilitaría que la bala llegara rebotada. Diez personas resultaron heridas en la batalla campal en la que se enzarzaron vigilantes de seguridad, jóvenes violentos y agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que, según fuentes del cue...

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La policía científica, a la que las autoridades del metro entregaron ayer una grabación del altercado que se produjo en la estación de metro de Mercat Nou el pasado sábado, investiga si el orificio en una pared de esa estación, en el barrio de Sants, corresponde a un disparo de los agentes. El orificio está a 1,80 metros de altura en una zona descubierta, lo que imposibilitaría que la bala llegara rebotada. Diez personas resultaron heridas en la batalla campal en la que se enzarzaron vigilantes de seguridad, jóvenes violentos y agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que, según fuentes del cuerpo, "dispararon al aire".

La versión policial sostiene que los agentes sólo efectuaron cuatro disparos al aire como medida preventiva para defenderse de una treintena de jóvenes de "estética okupa", que los habían recibido arrojándoles botellas, piedras y otros objetos contundentes. Un orificio en una viga del pasillo de la estación se encuentra a 1,80 metros de altura. El impacto, afirman varios testigos, fue causado por el disparo de un agente, y se halla a escasos metros de donde el grupo de jóvenes se enfrentó a la policía. La estación de metro está al descubierto, lo que imposibilita que la bala llegara rebotada.

Fuentes oficiales defendieron que los disparos "al aire" puedan practicarse a esa altura en ocasiones excepcionales, y siempre que no pongan en peligro ninguna vida. El carácter intimidatorio de los disparos, señalaron, lo prueba la ausencia de heridos de bala. Las mismas fuentes agregan que los agentes fueron recibidos con tal beligerancia que temieron por su integridad física, por lo que tuvieron que defenderse cuando vieron que los jóvenes se acercaban a ellos. El agente que fue herido por el perro de un vigilante de seguridad fue dado de alta ayer.

El Cuerpo Nacional de Policía rehusó pronunciarse sobre más detalles hasta que no disponga de los resultados del informe. La policía científica efectuó ayer una inspección ocular para descubrir el origen del orificio.

Versiones divergentes

La versión policial y la de la Asamblea del Barrio Sants, que agrupa a varias asociaciones vecinales, divergen en numerosos puntos. La primera sostiene que los agentes dispararon cuatro veces, mientras que la segunda defiende que fueron cinco, y sólo tres de ellos apu

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ntando al cielo. La asamblea afirmó en un comunicado que los agentes dispararon "a matar", y lamentó que crearan "una situación de pánico que podría haber acabado con muertos en la calle".

Fuentes policiales afirman que los agentes se identificaron como tales al llegar, lo que niega la citada asamblea. Y la batalla, según ésta, se extendió por las calles adyacentes a la estación. La policía afirma que terminó en las mismas instalaciones, cuando casi simultáneamente a los disparos intimidatorios llegaron ocho agentes más, lo que motivó la huida de los jóvenes.

Las cintas de las cámaras de grabación del metro ayudarán a resolver las dudas. La empresa Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) se las entregó ayer a la policía científica.

El Ayuntamiento de Barcelona emitió ayer un comunicado en el que anunció que se "personará, por la vía civil o penal, en las causas judiciales que se abran contra los responsables de los altercados". El gobierno municipal indica que la bronca se produjo al margen de la fiesta mayor, que ha transcurrido con toda tranquilidad. "De nuevo queda en evidencia que es una minoría la que rompe la convivencia y se adueña del espacio público, protagonizando acciones de vandalismo contra bienes y personas", continúa. Fuentes del Ayuntamiento aseguraron que "se utilizarán todos los medios disponibles para evitar acciones que vayan contra el mobiliario urbano y contra la vida normal de los ciudadanos".Fuentes de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) aseguraron ayer que la compañía también se personará como acusación particular en las futuras causas judiciales contra los responsables de los altercados. De acuerdo con su versión, los incidentes empezaron a las 1.20 horas de la madrugada de anteayer en la estación de metro de la línea 1 de Mercat Nou, que está al aire libre, cuando un grupo de grafiteros bloqueó un convoy tras accionar la palanca de seguridad para realizar pintadas en el vagón. Una pareja de guardias de seguridad, de la empresa Securitas, entró en el vagón para conminarles a que dejaran de pintar. Los jóvenes agredieron entonces a los vigilantes. Al lugar acudieron pronto dos nuevos agentes de seguridad, que también fueron atacados.

Para defenderse, los cuatro vigilantes emplearon todos los medios que tenían a su alcance, incluido un perro de raza rottweiler al que quitaron el bozal reglamentario. "Actuaron siguiendo la legalidad vigente. Tuvieron que ser atendidos de diversas heridas en el hospital. Aunque ya se les ha dado el alta hospitalaria, continúan de baja laboral", afirmó un portavoz de TMB.

Uno de los cuatro vigilantes heridos recibió un corte profundo en un brazo; otro se rompió un dedo y sufrió diversas contusiones; el tercero padeció un fuerte golpe en la cabeza y un corte a la altura del estómago y el último también fue golpeado en la cabeza y presentaba contusiones en la espalda. "Su misión era impedir que se dañara el patrimonio de la ciudadanía. Los actos vandálicos cometidos en el metro suponen al año un coste de 721.214 euros. Con ese dinero se podría añadir cada cinco años un nuevo tren al servicio".

A los grafiteros que iniciaron los altercados se sumaron otros agresores, siempre según la versión de TMB, lo cual comportó que fueran necesarios los servicios del Cuerpo Nacional de Policía, alertado desde el Centro de Control del metro. TMB ha puesto a disposición de la policía las imágenes grabadas por las cámaras de la estación y ha denunciado los daños materiales y personales cometidos por los alborotadores.

La Asamblea del barrio de Sants sostiene que el enfrentamiento con la policía se extendió desde el andén de Mercat Nou hasta las cercanías de la plaza de Sants, enclave en el que se celebraba un concierto de los festejos alternativos de la barriada. Esta entidad afirma que los policías dispararon al menos tres tiros al aire y dos a la altura de las personas, como demuestra el orificio de una bala incrustada en la pared del pasillo que conecta la parada de Mercat Nou y la plaza de Sants. Cinco asistentes al concierto resultaron heridos por mordeduras del rottweiler que, afirman los organizadores del acto, iba suelto y sin control. Personas que se encontraban en las inmediaciones del suceso llamaron a los servicios sanitarios de urgencia, que enviaron a tres ambulancias. Dos jóvenes fueron atendidos en el lugar y tres más fueron trasladados al Hospital Clínico. De los ingresados, dos ya han sido dados de alta, y uno ha tenido que ser intervenido por heridas graves en el codo. Fuentes del hospital aseguran que el lesionado, de 30 años, está en proceso de recuperación, pero los médicos mantienen un pronóstico reservado, informa Marta Albiñana.

En un comunicado, la asamblea alternativa sostiene que dos agentes de seguridad de la empresa Securitas, encargados de la vigilancia del metro, llegaron en su vehículo a la plaza de Sants y provocaron un auténtico caos. "Se bajaron del coche con un perro de raza rottweiler sin el bozal reglamentario y empezaron a correr por la calle de Jocs Florals hasta las escaleras del metro de Mercat Nou, empujando a la gente que ocupaba las aceras.", se lee en el texto. "Después le quitaron la correa al perro, que empezó a morder a todo el mundo que se encontraba a su paso". Miembros de la asamblea apuntan, además, que los guardias de seguridad se refugiaron en el metro y que volvieron acompañados de "12 uniformados que lanzaron gases lacrimógenos".

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