Reportaje:

Vela para discapacitados

La asociación Vela Sense Límits organiza jornadas náuticas para personas disminuidas en Arenys de Mar

Muchos de ellos no han subido nunca a un barco. Otros tienen recuerdos de algún viaje en las golondrinas del puerto de Barcelona, pero todos comparten la ilusión y el respeto por lanzarse mar adentro. Son un grupo de chicos y chicas, hombres y mujeres con edades comprendidas entre 10 y 48 años, miembros de la Asociación Prodisminuidos Psíquicos Arc de Sant Martí, de Martorell. Van a gozar de la oportunidad de poder navegar gracias a la asociación Vela Sense Límits, con el apoyo del Ayuntamiento de Arenys de Mar (Maresme) y la Diputación de Barcelona.

"La vela es uno de los deportes que ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Muchos de ellos no han subido nunca a un barco. Otros tienen recuerdos de algún viaje en las golondrinas del puerto de Barcelona, pero todos comparten la ilusión y el respeto por lanzarse mar adentro. Son un grupo de chicos y chicas, hombres y mujeres con edades comprendidas entre 10 y 48 años, miembros de la Asociación Prodisminuidos Psíquicos Arc de Sant Martí, de Martorell. Van a gozar de la oportunidad de poder navegar gracias a la asociación Vela Sense Límits, con el apoyo del Ayuntamiento de Arenys de Mar (Maresme) y la Diputación de Barcelona.

"La vela es uno de los deportes que mejor se adaptan a las capacidades de cada uno; por eso es muy adecuada para personas con discapacidades", afirma Paola Martínez, monitora de las jornadas náuticas de Arenys de Mar para disminuidos.

Dentro de estas jornadas, que este año se iniciaron en mayo y que finalizarán a finales de septiembre, los chicos pueden elegir si prefieren navegar, acompañados de un monitor, en una embarcación de vela ligera o en un kayak. Una vez en alta mar pueden cambiar de embarcación.

No a todos les hace la misma gracia dejar de pisar tierra firme para montarse en una embarcación que no para de balancearse, y cae alguna lágrima, pero algunos chicos se muestran encantados. "Me hizo mucha ilusión saber que iba a venir aquí a navegar", comenta Yolanda Vázquez, de 24 años y que acaba montada en un kayak. A su lado, compartiendo canoa con uno de los monitores, se encuentra Pedro, de 48 años, y que nada más llegar ya tenía claro que él prefería "montarse en la barca", pero al final no pudo ser.

La jornada es larga. Llegan al puerto a las 10.00 y navegan hasta las 14.00 horas. Después comen en el Club Náutico y, ya en tierra, se atreven con los nudos marineros o hacen volar cometas. A las 18.30 se acaba la excursión y deben volver a casa tras una dura jornada náutica.

No es la única actividad que lleva a cabo Vela Sense Límits, que también se encarga de realizar cursos de vela para discapacitados durante todo el año. "Son chicos que llegan aquí, se preparan, cogen las embarcaciones y ya salen a navegar solos. Los monitores sólo vamos con ellos si hace mucho viento", comenta Martínez. "Eso potencia su autonomía personal, la relación entre ellos y el trabajo en equipo".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En