¿Poca memoria?
El señor Zaplana, portavoz del grupo Popular, pide que comparezca el presidente del Gobierno en las Cortes para dar explicaciones sobre el suceso con el helicóptero en Afganistán. Me parece normal que cualquier grupo del Parlamento pida explicaciones al Gobierno sobre lo que considere oportuno. Es la grandeza de la democracia.
Sin embargo, me indigna que el señor Zaplana, que hasta hace poco más de un año y medio era ministro del Gobierno del señor Aznar, no se sonroje al pedir algo -que aunque en sí es normal- el Gobierno del que formaba parte nunca lo practicó. Durante los últimos año...
El señor Zaplana, portavoz del grupo Popular, pide que comparezca el presidente del Gobierno en las Cortes para dar explicaciones sobre el suceso con el helicóptero en Afganistán. Me parece normal que cualquier grupo del Parlamento pida explicaciones al Gobierno sobre lo que considere oportuno. Es la grandeza de la democracia.
Sin embargo, me indigna que el señor Zaplana, que hasta hace poco más de un año y medio era ministro del Gobierno del señor Aznar, no se sonroje al pedir algo -que aunque en sí es normal- el Gobierno del que formaba parte nunca lo practicó. Durante los últimos años del Gobierno del señor Aznar ocurrieron sucesos tan trágicos como el hundimiento del Prestige o el accidente del Yak-42, más la decisión unilateral del señor Aznar, totalmente de espaldas a la nación, sobre la guerra de Irak. De estos acontecimientos anteriormente citados no hubo explicaciones, incluso en un primer momento los españoles de a pie pensaban que el Gobierno había desaparecido. Unos días después, el silencio dio paso a mentiras urdidas tan toscamente que no daban satisfacción ni al más tonto de los mortales.
Quisiera pensar, señor Zaplana, que tanto usted como su grupo se han convencido -un poco tarde- de las bondades que tiene explicar las dudas en el Parlamento, y espero que si su partido llega algún día al Gobierno se estrenen y hagan gala de ello. Seríamos muchos quienes no lo agradeceríamos, sino que lo consideraríamos normal en una democracia.