Las obras de la M-30 utilizan cada día 60.000 litros de agua del subsuelo

El Ayuntamiento no descarta que alguno de los 3.230 operarios esté empleando agua potable

Los 3.230 obreros que trabajan en la reforma de la M-30 utilizan aguas filtradas del subsuelo para realizar los trabajos de compactación de los terraplenes y para la ejecución de muros de pantallas, como pudo comprobar ayer EL PAÍS. Además de estas aguas que brotan de la tierra al ser agujereada, los trabajadores aprovechan la que pasa por las líneas del metro 6 y 10, también residual. Los técnicos de la Concejalía de Urbanismo explicaron que los aproximadamente 60.000 litros de agua que emplean a diario provienen de estos pozos naturales y de agua de riego autorizada por el Consistorio.
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Los 3.230 obreros que trabajan en la reforma de la M-30 utilizan aguas filtradas del subsuelo para realizar los trabajos de compactación de los terraplenes y para la ejecución de muros de pantallas, como pudo comprobar ayer EL PAÍS. Además de estas aguas que brotan de la tierra al ser agujereada, los trabajadores aprovechan la que pasa por las líneas del metro 6 y 10, también residual. Los técnicos de la Concejalía de Urbanismo explicaron que los aproximadamente 60.000 litros de agua que emplean a diario provienen de estos pozos naturales y de agua de riego autorizada por el Consistorio.

El Ayuntamiento no descarta que alguno de los 3.230 trabajadores de la remodelación de la vía de circunvalación -según el Consistorio, esta obra creará 125.000 puestos de trabajo directos o indirectos- haya tomado agua potable. Pero aseguran que las "órdenes" son las de utilizar aguas provenientes del subsuelo.

"No hemos querido tapar las filtraciones precisamente porque las aprovechamos para la obra", explicaba ayer un técnico de Fomento de Construcciones y Contratas que trabaja en el tajo que va desde el invernadero de Arganzuela hasta el puente de Praga, dentro de las obras de remodelación de la vía de circunvalación M-30.

Los trabajadores que operan en este lugar han abierto un enorme espacio de 28 metros por donde pasará la tuneladora más grande de España, aún en fase de montaje. La máquina, que penetrará por este pozo de ataque, horadará el túnel en dirección norte del bypass sur de la M-30. En ese agujero, el agua brota de la capa freática, humedece las paredes y forma en el suelo una especie de lago que contiene, según los técnicos, el volumen de una piscina. El líquido es bombeado y usado para compactar los terraplenes de arena.

En esta misma instalación, los operarios han perforado una parte del suelo para crear un pequeño pozo desde el que también bombean lo que necesitan. El líquido pasa a una cuba con capacidad para 10.000 litros. "En esta zona necesitamos cinco cubas para cada tramo y hay cuatro tramos", explicaba uno de los técnicos. En el resto de los trechos de la obra de la M-30, según afirmó ayer el Ayuntamiento, no se está utilizando casi agua porque no la necesitan para compactar, pero aseguraron que, diariamente, se emplean 60.000 litros de agua en las obras.

Otro de los medios que los operarios utilizan para conseguir agua es aprovechar la que pasa por las líneas del metro. "Cuando hay dos pendientes enfrentadas, en el punto más bajo hay agua. Nosotros abrimos ahí un pozo y la sacamos", describe un técnico. Este agua, de no ser aprovechada para la remodelación de la vía, "se perdería", aseguró.

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Ayer tarde, la bomba extraía agua de la línea 6 del metro y la tiraba al río Manzanares, ya que los obreros no la necesitaban en ese momento. En la estación de Príncipe Pío realizan la misma operación, pero en la línea 10.

El agua que se emplea en la zona de Virgen del Puerto, en Arganzuela, es de riego. El Ayuntamiento autoriza que sea gastada en las nuevas instalaciones, de la misma manera que se emplea para los jardines municipales. El Consistorio también permite el empleo del agua de las bocas del Canal de Isabel II, que no sólo suministra agua para consumo humano, sino que también lo hace para industrias y otros servicios.

Por otra parte, un decreto del Consistorio de principios del pasado julio de este año establece medidas de ahorro de agua, debido a la situación de sequía. El decreto impone el uso de agua reciclada o residual para realizar las obras.

En la zona Puente de Praga-Nudo Sur, la única agua potable que se empleaba ayer era la de las garitas de los operarios (para ducharse y para beber).

Los operarios han abierto este espacio de 28 metros de profundidad por donde se filtra el agua del subsuelo y que aprovechan para las obras.GORKA LEJARCEGI

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