18 'abejas' controlan la circulación desde el aire

"Atención, torre de Cuatro Vientos, abeja 8 pide permiso para despegar". Con esa frase casi rutinaria comienza a diario el trabajo de los 18 helicópteros que tiene distribuidos la Dirección General de Tráfico (DGT) por el territorio español. Estas particulares abejas se encargan de informar del estado de las carreteras y de sancionar a los infractores captados desde el aire.

El nombre de abejas les viene por sus característicos colores azul y amarillo, que son los mismos de la DGT. Estos helicópteros son los primeros que comenzaron a funcionar dentro del Ministerio ...

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"Atención, torre de Cuatro Vientos, abeja 8 pide permiso para despegar". Con esa frase casi rutinaria comienza a diario el trabajo de los 18 helicópteros que tiene distribuidos la Dirección General de Tráfico (DGT) por el territorio español. Estas particulares abejas se encargan de informar del estado de las carreteras y de sancionar a los infractores captados desde el aire.

El nombre de abejas les viene por sus característicos colores azul y amarillo, que son los mismos de la DGT. Estos helicópteros son los primeros que comenzaron a funcionar dentro del Ministerio del Interior, allá por el año 1963. Un rudimentario Bell-47 con motor de explosión comenzó la andadura de este servicio, que ahora tiene bases en Madrid, Zaragoza, Valencia, Sevilla, A Coruña y Málaga. Durante los meses de verano se amplía también a Santander, Alicante, Rota (Cádiz) y Palma de Mallorca.

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En el aire surcan con rapidez cualquier provincia ya que pueden alcanzar hasta 250 kilómetros por hora. Y es que a diferencia de las carreteras, en las alturas no hay límite de velocidad. "Se ven muchas imprudencias que no paran de sorprender a uno. Desde conductores que intentan echar a otros de la carretera a motoristas que crean situaciones de muchísimo peligro", comenta el jefe de la sección de la patrulla de Madrid, Emilio Cabezas.

Detectar colapsos

Sus vuelos se dividen en dos tipos. Los que regulan el tráfico se programan con antelación. En este caso los pilotos se encargan de informar al centro de gestión de la DGT del estado de las carreteras: detallan el lugar donde se ha producido un accidente, el nivel de retenciones y las posibles alternativas, en caso de un colapso en un punto determinado.

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El segundo tipo de vuelos son los de vigilancia. Armados con cámaras de video y fotográficas, un operador se encarga de captar todas las infracciones que comentan los automovilistas. "En el caso de Madrid se graban en video y luego se le trasmite la correspondiente denuncia. En otras provincias se contacta con alguna patrulla de tráfico en tierra que se encarga de notificar en el acto la multa", explica Remigio Helltin, piloto de la patrulla de Madrid. Sólo en casos extremos el helicóptero aterriza y detiene al conductor que acaba de cometer una infracción muy grave. "Si la situación es complicada, se avisa a la Guardia Civil, al Cuerpo Nacional de Policía y a las policías locales hasta que se le cierra como si fuese una especia de jaula y se le detiene", añade Helltin.

La jornada de ayer, pese a las previsiones más pesimistas de la DGT, fue muy tranquila. "Menos que muchos fines de semana durante el año. La gente aprende a salir de forma escalonada", concluye Cabezas.

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