EL INCENDIO FORESTAL MÁS TRÁGICO EN 20 AÑOS

Los retenes abren un cortafuegos de ocho kilómetros contra el incendio

Los retenes forestales de Castilla-La Mancha se emplearon a fondo durante toda la noche del lunes al martes, tiempo en el que construyeron un enorme cortafuegos para intentar controlar el fuego que amenaza el Parque Natural del Alto Tajo, en el norte de la provincia de Guadalajara. Este cortafuegos medía unos ocho kilómetros de largo por una anchura mínima de unos 50 metros, lo que supone multiplicar por 10 las dimensiones habituales de estos sistemas para detener las llamas, según la consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo Sánchez.

El cortafuegos fue abierto durante toda la noche ...

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Los retenes forestales de Castilla-La Mancha se emplearon a fondo durante toda la noche del lunes al martes, tiempo en el que construyeron un enorme cortafuegos para intentar controlar el fuego que amenaza el Parque Natural del Alto Tajo, en el norte de la provincia de Guadalajara. Este cortafuegos medía unos ocho kilómetros de largo por una anchura mínima de unos 50 metros, lo que supone multiplicar por 10 las dimensiones habituales de estos sistemas para detener las llamas, según la consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo Sánchez.

El cortafuegos fue abierto durante toda la noche por 24 retenes forestales formados por siete personas cada uno (161 operarios en total) a lo que hay que sumar otros 19 equipos de maquinaria pesada, además de los bomberos y de los voluntarios de los municipios afectados. Esto arroja un mínimo de 250 personas dedicadas a estas tareas, según fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha.

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Este enorme camino forestal iba desde el municipio de Selas al de Ablanque, pasando por Cobeta, lo que supone unos ocho kilómetros. La anchura oscilaba entre los 50 y los 80 metros, cuando lo normal para este tipo de cortafuegos de unos cinco metros, explicó Arévalo Sánchez. "Se ha hecho de esas dimensiones porque ayer las llamas se saltaron uno que habíamos construido de 12 metros de ancho", añadió la consejera.

22 kilómetros por hora

Esto permitió que el fuego estuviera perimetrado y que no avanzara más, lo que para algunos técnicos significaba que el incendio estaba "prácticamente controlado". Las condiciones meteorológicas también facilitaron este control. El viento sopló por la mañana en dirección noroeste, lo que permitía el avance de las llamas, pero por la tarde cambió hacia sur y sureste. Esto significa que el fuego era dirigido hacia la zona ya calcinada. Tenía una velocidad media de unos 22 kilómetros por hora. "Estamos moderadamente optimistas porque todo esto puede significar que el incendio quede extinguido en poco tiempo", añadió la consejera.

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La superficie calcinada fue estimada por los técnicos entre 11.000 y 13.000 hectáreas, lo que supone unas 1.000 más que el día anterior (el lunes). La cifra definitiva no podrá ser conocida con certeza hasta que el fuego sea extinguido y se pueda hacer la planimetría exacta desde el aire.

La consejera de Medio Ambiente adelantó ayer que el Gobierno manchego está estudiando aprobar un decreto que impida hacer barbacoas en los montes de la región. Hasta ahora sólo está permitido en algunas áreas autorizadas, pero la decisión de Rosario Arévalo Sánchez supondría acabar con todo tipo de fuegos. "Sabemos que puede ser una medida poco popular por la cultura tan arraigada de hacer la comida en el campo, pero debemos acabar con los riesgos", afirmó la consejera.

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