La defensa de Maeso pedirá que el acusado no esté presente en todo el juicio

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Las estimaciones más favorables pronostican entre seis y ocho meses de sesiones en el juicio al anestesista Juan Maeso por 276 contagios del virus de la hepatitis C supuestamente deliberados y efectuados en el ejercicio de su trabajo. Las más desfavorables apuntan a que la apertura de juicio oral que se inicia formalmente el próximo 12 de septiembre no se cerrará hasta un año después. Sea como fuere, el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Valencia ha dispuesto que los trabajos se realicen de lunes a jueves, ambos incluidos, en sesiones matinales. Eso se traduciría, hecho el descu...

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Las estimaciones más favorables pronostican entre seis y ocho meses de sesiones en el juicio al anestesista Juan Maeso por 276 contagios del virus de la hepatitis C supuestamente deliberados y efectuados en el ejercicio de su trabajo. Las más desfavorables apuntan a que la apertura de juicio oral que se inicia formalmente el próximo 12 de septiembre no se cerrará hasta un año después. Sea como fuere, el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Valencia ha dispuesto que los trabajos se realicen de lunes a jueves, ambos incluidos, en sesiones matinales. Eso se traduciría, hecho el descuento de festivos, en un mínimo de entre 100 y 120 sesiones de juicio (entre 400 y 480 horas en la sala de vistas) para dejar visto para sentencia un procedimiento en el que el fiscal solicita 2.214 años de prisión para el médico y 140 millones de euros de indemnización. Los tiempos variarán sustancialmente en función de la sucesión de renuncias a testigos que previsiblemente se produzca, dado que muchos de los que comparecen prestaron ya declaración en el juzgado en fase de instrucción.

Ante la indiscutible larga duración del macroproceso -nunca antes en España se han sentado en un estrado 171 abogados ni se ha citado a 600 testigos a declarar- las primeras estrategias ya se han empezado a desvelar. La defensa de Juan Maeso, que ejerce el abogado Francisco Davó, se prepara, por ejemplo, para solicitar a la sala que el acusado, una vez haya prestado declaración, haya sido interrogado por todas las partes, pueda no asistir a las siguientes sesiones en las que los testigos, entre ellos los afectados, den su testimonio. No sería la primera vez que un tribunal se enfrenta a una petición de este tipo, aunque no es habitual. En el caso Ivex, el tribunal de la sección quinta permitió que los dos procesados, José María Tabares y Jean Luc Lagier, se ausentaran de las sesiones hasta la lectura final de informes. También la Audiencia Nacional aceptó la ausencia de Mario Conde en el caso Banesto. Sin embargo, en una situación similar en la Audiencia de Castellón, el tribunal rechazó dicha petición. La ley no es explícita en ese punto, en el que sólo recoge que se puede celebrar juicio sin la comparecencia de un acusado cuando la pena sea inferior a dos años. La posible alegación tras el fallo de indefensión es la que hace que la respuesta a supuestos similares, aunque sea a petición del acusado y con el acuerdo de todas las partes, no sea unánime. Si alguna de las partes en el juicio a Juan Maeso se opone a su ausencia y fundamenta tal posicionamiento, el tribunal tendrá especial consideración a esa postura.

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