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Monzón penetra en el 'thriller' de la mano de Timothy Hutton

'El laberinto de Kovac' es la tercera película del antiguo crítico de cine

Habla Daniel Monzón, director de El laberinto de Kovac, que se llamará The Kovac box fuera de España: "Este 'cubo' es un thriller, una cinta de ciencia-ficción pero resultará una obra muy elegante. Ello no quiere decir que no tenga momentos muy crudos, pero están manejados con cuidado y diseminados en el relato de manera oportuna para que sean más efectivos."

Esta tercera cinta de Monzón, tras El corazón del guerrero y El robo más largo jamás contado, cuenta con el liderazgo del actor Timothy Hutton, a quien acompaña Lucía Jiménez en la cabecera del re...

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Habla Daniel Monzón, director de El laberinto de Kovac, que se llamará The Kovac box fuera de España: "Este 'cubo' es un thriller, una cinta de ciencia-ficción pero resultará una obra muy elegante. Ello no quiere decir que no tenga momentos muy crudos, pero están manejados con cuidado y diseminados en el relato de manera oportuna para que sean más efectivos."

Esta tercera cinta de Monzón, tras El corazón del guerrero y El robo más largo jamás contado, cuenta con el liderazgo del actor Timothy Hutton, a quien acompaña Lucía Jiménez en la cabecera del reparto. La historia contada es actual y sucede en Mallorca, donde se ha rodado durante las ocho últimas semanas.

"Mallorca es la tierra que más inspira," dice Monzón. "Es un plató alucinante que no está suficientemente aprovechado, por gran fortuna para mí. Siempre creí que era un espacio maravilloso para ambientar una cinta de suspense y misterio, en el sentido más clásico. Ahí nací yo, soy islómano porque mi padre fue catedrático de Literatura en Palma. En Menorca escribí la primera película y en Palma estuve también preparando ésta".

"Mallorca es un plató alucinante que no está suficientemente aprovechado"

El director sienta al cronista en una silla de tijera junto a la suya, en un rincón oscuro de la gran cueva, húmeda y silenciosa, donde ruedan sin la presencia de turistas. Los focos para la escena remachan la geología sacrificada, columnas y barbas blancas de piedra y excitan a invisibles mosquitos. Fuera y dentro se mueven cerca de 200 personas. El equipo de efectos especiales prepara hasta tres veces el estallido de un pequeño artefacto en una reja.

Monzón mira y repasa rápido el monitor, ha vigilado de reojo "el punto de vista", el juego del "doble de luces" de Timothy Hutton, estrella que fue Oscar por Gente corriente.

"Los dos coprotagonistas", reseña el director, "son extranjeros en tierra de nadie: un escritor norteamericano que viene a dar una conferencia y una turista hispanoamericana. No se conocen, pero unas circunstancias trágicas y misteriosas hacen que sus destinos se crucen y tengan que vivir una aventura y resolver un misterio. Sufren una transformación, básicamente deben enfrentarse a la muerte, van con ella dentro, porque hay una serie de personas que se quitan la vida contra su propia voluntad, que se suicidan sin quererlo hacer. Uno de los personajes tiene este problema".

Entusiasta confeso de Alfred Hitchcock, Daniel Monzón, antiguo crítico en Fotogramas y subdirector de Días de cine de TVE, manifiesta que "a los ocho años decidí que quería ser director tras quedar sobrecogido por el originario King-Kong".

Los hechos se desarrollan a lo largo de una semana, a contrarreloj, con giros inesperados. Lo dice el autor: "La película es respirable. No es de terror pero sí contiene mucha tensión. Una pieza de misterio con carga psicológica muy intensa. Algo o alguien, muy manipulador, interviene, el malo es el enigma. Como decía Hitchcock 'como mejor esté conseguido el malo mejor funcionará la película' y el genio también reseñaba 'una película oscura resalta más en un ambiente luminoso".

El desarrollo del proyecto implica una inversión de seis millones de euros que aportan Julio Fernández, Filmax, Castelao y Estudios Picasso. "Se rueda en inglés porque una historia de intriga es más creíble si se desarrolla en un ambiente internacional y más fácil de distribuir internacionalmente. Los productores piensan llevarla a los festivales de Berlín o Sundance".

Monzón, de 36 años, no para de sonreír y explicarse: "Hutton es un gran tipo y un actor extraordinario. Le mandé el guión -que hice con Jorge Guerricaecheverría- y me llamó, me citó en París y cuajó su presencia. Es muy creativo y yo soy todo oídos. Si escuchara sólo mi cabeza sería estúpido. El director debe vigilar el tono, es el vigilante que dirige el camino de la obra y que no haya salidas imprevistas. Cualquier idea, si es buena, proceda de quien sea del entorno, el autor debe procesarla y aprovecharla".

Él tiene la película memorizada y reparte juego: "Todos los personajes tienen algo tuyo, pero tú no eres ninguno. Tienes que quererlos", resalta. "Lucía Jiménez (Los dos lados de la cama y La buena vida) es una actriz de una belleza extraordinaria y de una fuerza que recuerda a estas actrices italianas de ojos magnéticos. El contraste entre el dúo es magnífico, saltan chispas. El trayecto emocional de ambos se basa en su transformación con sus personajes".

"Siempre me sentí que era una versión de director de cine en ciernes" afirma el ex crítico Daniel Monzón, que fue amparado en su día por Gerardo Herrero, que es amigo de Álex de la Iglesia, Enrique Urbizu, Santiago Segura. Indica que "mientras que en El robo más largo jamás contado pretendía una de estas películas que le alegran la cara al espectador, que le ponen una sonrisa, El laberinto de Kovac será de los que atrapan al espectador y no le dejan ni respirar hasta el final".

El cineasta reitera el anuncio: "será una de estas cintas apasionantes, llenas de sorpresas, de giros inesperados, que atrapará no sólo hasta el final sino hasta después de los créditos".

Daniel Monzón.A. M.
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