Análisis:ELECCIONES GALLEGAS | La batalla por el voto

CUADERNO DE BITÁCORA

- El enigma. Éste es un apunte de máximo riesgo. Escritor y lector pueden desaparecer por el mayor agujero de Europa. Se trata de una enorme oquedad abierta en el monte Gaiás, en las afueras de Santiago, y que albergará la futura Ciudad de la Cultura, con el presumible nombre de Manuel Fraga Iribarne. La obra se puso en marcha en el 2001 y estaba previsto que se inaugurara este mismo año, precisamente ahora, en festividad electoral, pero el remate ya se ha aplazado a un improbable 2009. Las malas lenguas criticaron en su momento lo que se consideraba un proyecto faraónico, a modo de mausoleo....

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- El enigma. Éste es un apunte de máximo riesgo. Escritor y lector pueden desaparecer por el mayor agujero de Europa. Se trata de una enorme oquedad abierta en el monte Gaiás, en las afueras de Santiago, y que albergará la futura Ciudad de la Cultura, con el presumible nombre de Manuel Fraga Iribarne. La obra se puso en marcha en el 2001 y estaba previsto que se inaugurara este mismo año, precisamente ahora, en festividad electoral, pero el remate ya se ha aplazado a un improbable 2009. Las malas lenguas criticaron en su momento lo que se consideraba un proyecto faraónico, a modo de mausoleo. Pero las malas lenguas fueron las primeras en desaparecer por el abismal agujero de Gaiás. Un agujero insaciable, pues también se traga a las buenas lenguas, como ha ocurrido con el conselleiro de Cultura, Xesús Pérez Varela.

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- El agujero. Hasta hace unos meses era omnipresente. Uno se lo podía encontrar al mismo tiempo en la fiesta del Cocido de Lalín, en una onda hertziana o el Ciberespacio. Se acaba de publicar un libro sobre la leyenda del hombre de las mil caras titulado El auténtico McCoy, por Darin Strauss. Pues no. El auténtico McCoy era Varela. Pero ha desaparecido. No aparece ni en las listas electorales. Yo ya me temí lo peor cuando leí en una reseña que Fraga le había encomendado la aceleración de las obras de la Ciudad de la Cultura. ¡Xesús!, exclamé, ¡el agujero de Gaiás!

- Y el misterio. Con razón, no se habla en la campaña electoral de la Ciudad de la Cultura. Era, es, la obra más ambiciosa de la égida Fraga. Su coste inicial se cifró oficialmente en 18.000 millones de pesetas. Supongamos que se ha ejecutado la mitad del proyecto. La última vaga información habla de un gasto de 60.000 millones de pesetas. Y profesionales consultados calculan que el coste final de la obra superará en mucho los cien mil millones. El diseño arquitectónico de Peter Einseman es atractivo. Convertir el monte Gaiás en una gran vieira de piedra. ¿Cómo se financiará, cómo se mantendrá este gigantesco galápago? El contenido es, en gran parte, un misterio. Se habla, por ejemplo, de un gran palacio de la ópera con tres escenarios rotatorios a semejanza del Lincoln Center. Los japoneses han creado una ciudad del conocimiento, la Mediateca de Sendai, de una forma mucho más económica y moderna. ¡Ah, por cierto! El célebre Einseman también ha desaparecido del agujero de Gaiás, después de ser apremiado para terminar la obra. Háganme caso. No hablen con nadie de este asunto.

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