La chica fallecida había ingresado por un trastorno de conducta

La joven fallecida la noche del lunes en el centro de menores con medidas judiciales de Valle Tabares había ingresado hacía sólo dos meses por un cuadro de trastorno de conducta, afirmó Juan Domínguez, portavoz de la familia. "Tenía 15 años, en julio cumplía 16, no tenía relación ni con drogas ni con la delincuencia", declaró Domínguez.

El padre de la chica, Francisco E. confirmaba que "no era ni conflictiva ni agresiva". En declaraciones a la SER en Tenerife, el progenitor reconoció que, a pesar de que el psiquiatra que la atendía por esquizofrenia desaconsejó su ingreso en este centro...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La joven fallecida la noche del lunes en el centro de menores con medidas judiciales de Valle Tabares había ingresado hacía sólo dos meses por un cuadro de trastorno de conducta, afirmó Juan Domínguez, portavoz de la familia. "Tenía 15 años, en julio cumplía 16, no tenía relación ni con drogas ni con la delincuencia", declaró Domínguez.

El padre de la chica, Francisco E. confirmaba que "no era ni conflictiva ni agresiva". En declaraciones a la SER en Tenerife, el progenitor reconoció que, a pesar de que el psiquiatra que la atendía por esquizofrenia desaconsejó su ingreso en este centro por considerar que "no era el sitio conveniente para esta niña", solicitaron ayuda a la Administración para evitar que sus problemas de conducta se agravasen. Según reconoció, los tratamientos a que la habían sometido en un centro especializado de la isla no resultaron "y seguía todo el día en la calle, no quería hacer las cosas, ni estudiar y atentaba contra su persona para llamar la atención". "Pero no era una delincuente", concluyó, "sólo tenía problemas de conducta".

La muerte de esta joven es la segunda en un centro cerrado de Tenerife, tras el extraño caso de Phillip García, encontrado sin vida el 13 de noviembre de 2004, en el centro Nivaria, también de medidas judiciales. Una bolsa de plástico sin huellas dactilares envolvía su cabeza con un lazo, su rostro estaba sereno. La autopsia determinó que su muerte se produjo entre la una y las cuatro de esa madrugada, coincidiendo con varias entradas y salidas de vigilantes del centro, algunos de ellos fuera de su horario de trabajo. Las cintas de vídeo dejaron de grabar entre la 1.30 y las ocho de la mañana siguiente. La investigación sigue abierta.