La reforma del eje Prado-Recoletos prevé la reducción del 20% del tráfico en la zona

Los carriles de circulación serán desplazados a un lado para despejar el museo

El gobierno municipal aprobó por fin ayer -después de tres años de trabajos del equipo de arquitectos comandados por Álvaro de Siza- el plan especial para la reforma del eje Prado-Recoletos, que pretende crear un gran espacio peatonal en el lugar en el que conviven tres de los más importantes museos de España: el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza. El proyecto implica reducir en un 20% el tráfico del paseo del Prado (actualmente, 100.000 coches diarios), desplazando, entre Atocha y Neptuno, todos los carriles de circulación a uno de los laterales de la calzada. Así, el eje central d...

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El gobierno municipal aprobó por fin ayer -después de tres años de trabajos del equipo de arquitectos comandados por Álvaro de Siza- el plan especial para la reforma del eje Prado-Recoletos, que pretende crear un gran espacio peatonal en el lugar en el que conviven tres de los más importantes museos de España: el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza. El proyecto implica reducir en un 20% el tráfico del paseo del Prado (actualmente, 100.000 coches diarios), desplazando, entre Atocha y Neptuno, todos los carriles de circulación a uno de los laterales de la calzada. Así, el eje central del paseo y el lateral que discurre ante el museo del Prado quedarán convertidos en "un salón peatonal".

El plan, que afecta a una superficie de 160 hectáreas y 5 kilómetros de longitud, incluye importantes cambios en varias plazas y calles del entorno: en Colón, la estatua del descubridor volverá a su emplazamiento original -el centro de la plaza- y el Centro Cultural de la Villa aflorará a la superficie; en Neptuno, la acera del museo Thyssen triplicará su anchura, la cuesta de Moyano se hará peatonal y, sobre todo, el Museo del Prado, la plaza de Murillo y el Jardín Botánico quedarán unidos por un amplio paseo sin coches; la plaza de las Cortes será organizada en tres niveles y ensanchará sus aceras para convertirse en "gran antesala del Parlamento español"; y el parque del Retiro crecerá hacia el sur sobre los terrenos del Observatorio Astronómico.

La remodelación del eje Prado-Recoletos -aún sin plazos previstos para iniciar las obras- es "el proyecto más trascendental para el centro de Madrid" de los acometidos por el Ayuntamiento, según dijo ayer el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Éste, sin embargo, aseguró que este "proyecto estrella" no hubiera sido posible sin la reforma de la M-30, porque esta vía, una vez remodelada, "absorberá el 20% de tráfico" que perderá el tramo Prado-Recoletos, aunque no explicó cómo. El proyecto aprobado estaba ya previsto en el Plan General de Ordenación Urbana de 1997, y el equipo de arquitectos comenzó a trabajar en él en 2002, mucho antes de que Gallardón planteara la reforma de la M-30.El proyecto de reforma del eje Prado-Recoletos, una de las principales arterias de Madrid y "joya urbanística y cultural" de la capital, en palabras de Gallardón, es obra del equipo de arquitectos Trajineros, encabezado por el portugués Álvaro de Siza, que ganó el concurso internacional convocado por el Ayuntamiento en 2002. Gallardón admitió que la aprobación llega con seis meses de retraso sobre la última fecha anunciada, pero lo justificó por las modificaciones introducidas en este tiempo por los autores, que han ampliado la zona de actuación para incluir la plaza de las Cortes.

El plan especial permanecerá expuesto durante julio, agosto y septiembre en la sede del Ayuntamiento (plaza de la Villa), en la Concejalía de Urbanismo (calle de Guatemala, 13) y en la de Economía (Gran Vía, 24), para que vecinos y asociaciones de todo tipo lo consulten y presenten alegaciones sobre aquello que no les guste. Esas alegaciones serán aceptadas o rechazadas por el Ayuntamiento, que aprobará el proyecto definitivo antes de finales de año. Aún no hay plazo previsto para el inicio de las obras, pero su realización llevará seguramente años.

También durante los tres meses los responsables municipales explicarán el plan en las juntas de distrito y en reuniones informativas con colectivos vecinales y entidades profesionales. "Pretendemos que sea un proceso muy participativo. El Ayuntamiento va a escuchar a todos. Queremos que este proyecto de profunda transformación de la ciudad se haga de acuerdo con los vecinos", afirmó el alcalde.

En el ámbito de actuación del plan Prado-Recoletos se yerguen 4.530 árboles. Gallardón dijo que el Ayuntamiento "trasplantará todos los ejemplares posibles que sean afectados por las obras" -sin precisar cuántos serán- y plantará 3.000 ejemplares más.

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Carlos Riaño, miembro del grupo de arquitectos autor del proyecto, aseguró que el porcentaje de árboles afectados será "muy pequeño" y subrayó que el estado fitosanitario de algunos es "lamentable". Además, recordó que la mayoría de los ejemplares del paseo del Prado "no lleva ahí toda la vida, como mucha gente piensa, sino entre 20 y 40 años". Y puntualizó: "Los árboles centenarios son sólo los plátanos que hay en torno a las cuatro fuentes [Colón, Cibeles, Neptuno y Atocha]".

Según responsables municipales, en el eje Prado-Recoletos habrá "menos jardín francés, menos parterres y flores, que serán sustituidos por más árboles de porte, de alineación" y ya frondosos, procedentes de los viveros.

Los elementos principales del proyecto son los siguientes:

'Salón peatonal' Todo el tráfico, a un lateral

Unos 100.000 coches circulan a diario por el paseo del Prado (50.000 en cada dirección), entre la plaza de Cibeles y la glorieta de Atocha. El bulevar central, sembrado de árboles y con bancos para el descanso, está encajonado entre los carriles de tráfico de uno y otro sentido. El proyecto modifica esa situación para crear un "salón peatonal", en dos tramos distintos: entre Atocha y Neptuno, todo el tráfico quedará desplazado al lateral oeste (el opuesto al Museo del Prado), y se perderán tres carriles: los cuatro de subida hacia Cibeles se convierten en tres, y los cuatro de bajada hacia Atocha pasan a dos. Entre Neptuno y Cibeles también se llevará la circulación al lateral oeste, donde está el Museo Thyssen. Pero en ese tramo se creará una alternativa en el lado opuesto: dos carriles para el tráfico que rodearán por detrás la plaza de la Lealtad y permitirán enlazar con la calle de Alcalá.

La disposición de los carriles en el tramo de Recoletos entre Cibeles y Colón sufrirá menos cambios, según explicaron los técnicos de la Concejalía de Urbanismo.

El alcalde aseguró que esta fórmula permitirá "reducir en un 20%" el volumen del tráfico en el paseo del Prado. Además, en dos puntos -frente al Museo Thyssen y frente al Palacio de Correos, en Cibeles- se crearán zonas de "templado de tráfico": la calzada se elevará un poco y el pavimento cambiará para advertir a los conductores de que están en una zona de prioridad peatonal.

Plaza de Colón La estatua vuelve al centro

La plaza de Colón será uno de los primeros ámbitos de intervención. La estatua del descubridor volverá al emplazamiento que ocupaba a finales del siglo XIX: el centro de la plaza, rodeado por una fuente. El Centro Cultural de la Villa, ahora bajo rasante, "aflorará a la superficie" mediante una edificación "de una o dos alturas" con fachada hacia la plaza. Gallardón afirmó que aún no está claro si la cascada de agua que ahora sirve de cortina de entrada al centro cultural permanecerá, aunque lo más probable es que sea eliminada.

El pasadizo peatonal que comunica ambas aceras del paseo de la Castellana -y que sirve de cobijo a indigentes muchas noches del año- se convertirá en un "centro de información turística y cultural", y será sustituido por un paso peatonal en superficie.

Museos y libreros Más acera para el Thyssen

La decisión de desplazar todo el tráfico al lateral oeste del eje Recoletos-Prado -por la antigua calle de Trajineros, que da nombre al proyecto- libera de coches el Museo del Prado, pero los concentra junto al Thyssen. Para mitigar este perjuicio, los arquitectos han diseñado un ensanchamiento de la acera del Thyssen, que pasará de dos a siete metros, y alejará así la pinacoteca de la circulación. La antesala del Museo del Prado y del Jardín Botánico se ampliará "de forma espectacular", según el alcalde.

La cuesta de Moyano será peatonal, y los 29 libreros que tienen sus casetas allí desde 1925 -aunque fueron trasladados al paseo del Prado, temporalmente, el pasado otoño- se desplazarán al eje central de la calle. Así, el Ayuntamiento podrá abrir una nueva entrada en ese lateral del Jardín Botánico. Bajo la plaza de la Lealtad será construido un aparcamiento para autobuses turísticos.

Plaza de las Cortes La antesala del Parlamento

El proyecto inicial de Trajineros no incluía esta plaza, que después fue incorporada por petición expresa de Gallardón. El objetivo es crear "una antesala para las Cortes españolas", templando el tráfico y ensanchando las aceras. Los accesos al aparcamiento público serán "reorganizados", y el desnivel de la plaza será resuelto mediante tres escalones que servirán, además, como bancos corridos para el descanso de los peatones. El monumento a Cervantes será reubicado en el vértice de la carrera de San Jerónimo.

Cerrillo de San Blas El Retiro crece

El alcalde aseguró que el plan especial descarta la demolición de las viviendas del cerrillo de San Blas, prevista en el proyecto inicial, pero rápidamente retirada tras la protesta vecinal. Sí se suprimirán "otras edificaciones no significativas" aún sin concretar, entre las que, según los técnicos de Urbanismo, hay edificios de organismos públicos -posiblemente el Gobierno Militar- y algún local comercial que habría que expropiar. El parque del Retiro crecerá sobre esos terrenos y "con todo el espacio en torno al Observatorio Astronómico". Se creará "un espacio a modo de acrópolis, con una sucesión de plataformas como miradores privilegiados hacia el sur de la ciudad".

Desde la avenida de Menéndez Pelayo surgirá un "acceso peatonal en rampa" hasta las traseras de los viveros, donde se abrirán nuevas puertas del parque hacia el sur, al barrio de Pacífico. Un ascensor salvará la diferencia de cota a la que se enfrentan los peatones que entran por ese extremo del Retiro.

Glorieta de Atocha Alejar el túnel

El túnel que cruza bajo tierra la glorieta de Atocha, entre el paseo de la Infanta Isabel y la ronda de Valencia, será prolongado 220 metros -como ya adelantó el acalde hace siete meses- para alejar su boca de salida, que ahora está justo frente al nuevo edificio del Museo Reina Sofía. La fuente de la Alcachofa será sustituida por el modelo original, que está en el parque del Retiro desde 1880.

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