Crítica:CRÍTICAS

Vuelve el ladrón galante

Nacido de la pluma de Maurice Leblanc, ambientadas sus peripecias en la Francia de la Belle Èpoque, Arsène Lupin es una más de esas criaturas posrománticas que, como el Fantômas folletinesco, fueron creadas por la literatura popular francesa con el ojo bien puesto en sus destinatarios potenciales, la clase media-baja, y por tanto, muy en la tradición gala, un héroe que hace sufrir a sus enemigos potenciales, los policías. Hace tiempo que el cine no recurre a las aventuras del galante ladrón, de ahí la extrañeza de que una gran coproducción internacional, con una actriz como Kristin Scott Thoma...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Nacido de la pluma de Maurice Leblanc, ambientadas sus peripecias en la Francia de la Belle Èpoque, Arsène Lupin es una más de esas criaturas posrománticas que, como el Fantômas folletinesco, fueron creadas por la literatura popular francesa con el ojo bien puesto en sus destinatarios potenciales, la clase media-baja, y por tanto, muy en la tradición gala, un héroe que hace sufrir a sus enemigos potenciales, los policías. Hace tiempo que el cine no recurre a las aventuras del galante ladrón, de ahí la extrañeza de que una gran coproducción internacional, con una actriz como Kristin Scott Thomas encabezando el elenco, se ocupe nuevamente de las aventuras de la peculiar criatura.

ARSÈNE LUPIN

Dirección: Jean-Paul Salomé. Intérpretes: Kristin Scott Thomas, Romain Duris, Pascal Greggory, Eva Green, Mathieu Carrière. Género: aventuras históricas, Francia-España-Italia-Reino Unido, 2004. Duración: 125 minutos.

No le falta gracia a esta película que no desdeña la espectacularidad, que sitúa las aventuras de Lupin y de una ubicua, indestructible competidora, la condesa de Cagliostro, en un París que está viviendo la gran transformación urbana y arquitectónica que experimentó en el tercio final del siglo XIX y en los primeros años del XX. Un París en el que virtualmente cabe todo: un collar, un plano extraordinariamente complejo, el tesoro de Francia, catacumbas, persecuciones, paisajes sobrecogedores y hasta una conspiración monárquica contra la República, todo a mayor gloria de una aventura cargada de quilates históricos, aunque hecha según las normas del género en su acepción más americana. No es ni Vidoq ni El pacto de los lobos, por situarla entre dos productos franceses recientes, también con vocación histórico-aventuresca; pero se deja ver, sobre todo si uno no le hace preguntas muy indiscretas, y si se deja seducir por los encantos, del todo inhabituales, de Scott Thomas y la veinteañera Eva Green: avisados quedan.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En