Crítica:ESTRENO | 'Tapas'

Como la vida misma

Resulta una más que agradable sorpresa el debú en la realización de Juan Cruz y del cómico José Homo Zapping Corbacho, y ello por un simple apriorismo: firmada su producción, entre otros, por esa fábrica catalana del programa cómico que es El Terrat, esperaba el cronista encontrarse frente a una comedia más o menos inspirada, más o menos insípida (que de todo hay en la factoría de Buenafuente), cuando hete aquí que se topa frente a un producto mucho más matizado y complejo, que no le saca el cuerpo -es más, las busca- a las normas de la comedia, pero que se ve sacudido de cuando ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Resulta una más que agradable sorpresa el debú en la realización de Juan Cruz y del cómico José Homo Zapping Corbacho, y ello por un simple apriorismo: firmada su producción, entre otros, por esa fábrica catalana del programa cómico que es El Terrat, esperaba el cronista encontrarse frente a una comedia más o menos inspirada, más o menos insípida (que de todo hay en la factoría de Buenafuente), cuando hete aquí que se topa frente a un producto mucho más matizado y complejo, que no le saca el cuerpo -es más, las busca- a las normas de la comedia, pero que se ve sacudido de cuando en cuando por un hálito dramático, trágico incluso, que jamás estorba el aire festivo general de la función.

TAPAS

Dirección: José Corbacho y Juan Cruz. Intérpetes: Elvira Mínguez, Ángel de Andrés, María Galiana, Rubén Ochandiano, Alberto de Mendoza. Género: comedia dramática; España, 2005. Duración: 94 minutos.

Más información

Es un mérito, y no pequeño, entremezclar los códigos del drama y la comedia, y también, y casi en primer lugar, saber tomarle el pulso a la vida de barrio, de periferia industrial: es éste un filme que airea con orgullo su carácter charnego, sus historias de población de aluvión asentada hace ya largos años en un barrio de L'Hospitalet, la ciudad limítrofe con Barcelona. Del barrio captan Corbacho y Cruz hasta los más sutiles matices, y también otros personajes y peripecias un poco más rocambolescas: el dueño del bar que, de alguna manera, es el centro de la acción; la treintañera abandonada que redescubre el sexo con un chico más joven; los dos colegas que trabajan en el súper y sueñan con chicas y amoríos; la abuelita que trafica con pastillas para pagar la enfermedad terminal de su marido; el cocinero chino que se vuelve imprescindible... Las vidas de estos personajes desfilan con una comicidad no exenta de drama; pero no hay en todo el filme ningún rasgo que desentone, gracias a una mirada comprensiva, un encadenamiento estricto de los gags según una lógica que no decae nunca, y unos actores espléndidos, al frente de los cuales esa formidable Elvira Mínguez que acaba de ganar, con todo merecimiento, el premio a la mejor actuación en Málaga.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En