ENERGÍA | Clima

Las pérdidas de los gasoductos rusos son menores de lo estimado

Las pérdidas de metano de los gasoductos rusos, la mayor red de transporte de gas del mundo, son muy inferiores a lo que se había estimado y comparables al del sistema estadounidense, según anuncian unos científicos en la revista Nature. En concreto, los escapes de los gasoductos rusos suponen un 1,4% del gas transportado y no un 10%, como se temía.

La conclusión del estudio es importante para las estrategias de contención de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera que provocan el cambio climático. Según estiman Jos Lelieveld (del Instituto de Química Max Plan...

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Las pérdidas de metano de los gasoductos rusos, la mayor red de transporte de gas del mundo, son muy inferiores a lo que se había estimado y comparables al del sistema estadounidense, según anuncian unos científicos en la revista Nature. En concreto, los escapes de los gasoductos rusos suponen un 1,4% del gas transportado y no un 10%, como se temía.

La conclusión del estudio es importante para las estrategias de contención de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera que provocan el cambio climático. Según estiman Jos Lelieveld (del Instituto de Química Max Planck, en Alemania) y sus colegas, si se mantienen las pérdidas de los gasoductos por debajo del 3%, la opción del gas natural es más eficaz que la del carbón para controlar las emisiones durante la fase de transición hacia tecnologías energéticas limpias.

El metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono, pero a corto plazo, porque tiene una vida media en la atmósfera de unos diez años, mientras que la del CO

2 es de un siglo. En la investigación se han hecho mediciones en 2.400 kilómetros de gasoductos rusos incluidas las estaciones de compresión, las válvulas y otras instalaciones.

Lelieveld y sus colegas recuerdan que la producción mundial de gas natural (en el cual el 90% es metano) es de unos 2.600 miles de millones de metros cúbicos al año. Rusia, con unas reservas estimadas en 47.000 millones de metros cúbicos, es el mayor productor, con 580.000 millones anuales, y el principal suministrador a la UE (115.000 millones de metros cúbicos).

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