Corrigiendo la historia de Europa
El próximo 1 de mayo se cumplirá un año de la adhesión a la Unión Europea de los 10 nuevos miembros del Este. Esta ampliación, desde el Báltico hasta las islas mediterráneas de Chipre y Malta, significó para Europa recuperar las fronteras que se perdieron tras la II Guerra Mundial, y que dividieron el continente en dos partes.
Si hace un año fuimos capaces de apostar por una Europa unificada, a pesar de los esfuerzos que tanto los nuevos Estados como los que ya eran miembros tuvieron que realizar, ¿por qué no confiar ahora en el ingreso de Rumania y Bulgaria? La comisión de Asuntos Exte...
El próximo 1 de mayo se cumplirá un año de la adhesión a la Unión Europea de los 10 nuevos miembros del Este. Esta ampliación, desde el Báltico hasta las islas mediterráneas de Chipre y Malta, significó para Europa recuperar las fronteras que se perdieron tras la II Guerra Mundial, y que dividieron el continente en dos partes.
Si hace un año fuimos capaces de apostar por una Europa unificada, a pesar de los esfuerzos que tanto los nuevos Estados como los que ya eran miembros tuvieron que realizar, ¿por qué no confiar ahora en el ingreso de Rumania y Bulgaria? La comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo ya lo ha hecho. Ahora sólo falta que el Pleno refrende la medida dentro de unos días (el 13 de abril) para que estos dos países puedan firmar su adhesión el 25 de abril en Luxemburgo.
La ampliación no será fácil, como no lo fue la anterior. Los países de la futura Europa tendrán que reformar sus Estados desde el comienzo: política, economía, sociedad, estructuras... Olli Rehn, comisario de la UE, ya ha dado a Rumania y Bulgaria su voto de confianza declarando que si no estuvieran preparados para ingresar en la Unión en enero de 2007 se podría retrasar un año su acceso. Ahora toca el turno al resto de Estados miembros.
¿Confiarán ellos en la nueva ampliación.