El mejor nombre
La calle de Cadalso, sita en Torrejón de Ardoz en el conocido barrio Parque de Cataluña, tiene el mejor nombre que se podía idear para ella. Está claro que el antiguo nombre, callejón de Ebanistería, se ha quedado anticuado por dos razones. La primera, porque desde que se urbanizó la zona, desde el Parque de Cataluña hasta el río Henares y la carretera de Loeches, dejó de ser un callejón para convertirse en una calle que comunica con otra nueva llamada del Tres de Abril y así conectar ésta con la de Ebanistería. La segunda razón hasta hace poco no era tan evidente, pero desde que por las noche...
La calle de Cadalso, sita en Torrejón de Ardoz en el conocido barrio Parque de Cataluña, tiene el mejor nombre que se podía idear para ella. Está claro que el antiguo nombre, callejón de Ebanistería, se ha quedado anticuado por dos razones. La primera, porque desde que se urbanizó la zona, desde el Parque de Cataluña hasta el río Henares y la carretera de Loeches, dejó de ser un callejón para convertirse en una calle que comunica con otra nueva llamada del Tres de Abril y así conectar ésta con la de Ebanistería. La segunda razón hasta hace poco no era tan evidente, pero desde que por las noches individuos anónimos se dedican a romper sin más los cristales de los coches que se estacionan en ella, considero que es un tipo de ajusticiamiento digno de cualquier película del Oeste. En donde primaba la ley del más rápido y a cualquiera le llevaban a la horca sin juicio previo alguno excepto el que irracionalmente se hacía al condenado minutos después de cogerle y minutos antes de arrancarle la vida... sin darle tiempo a defenderse de las acusaciones sobre él vertidas. Pues esto está pasando desde hace unos meses en ese triángulo de las Bermudas que conforman las susodichas tres calles, pues una vez que metes tu coche en ellas no sabes si vas a poderlo sacar... vivo.
En mi caso me ha sucedido en en octubre, enero y marzo además de otros coches que esas mismas noches fueron ajusticiados con el mío... Al final siempre lo mismo... acabarás aprendiendo a convivir con el dolor que no puedes mitigar.