Tres auditorías en dos años

El servicio de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés es, probablemente, uno de los servicio sanitarios más auditado de España. Desde que en 2003 una denuncia anónima similar a la actual criticase la sedación excesiva y sin consentimiento de los pacientes, el servicio ha recibido una inspección de la Consejería de Sanidad de Madrid; ha requerido un informe al Comité Ético del hospital de Getafe (uno de los más prestigiosos de España), y un comité del propio centro repasa desde entonces todas las historias clínicas de pacientes que fallecen en urgencias tras una sedación terminal.
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El servicio de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés es, probablemente, uno de los servicio sanitarios más auditado de España. Desde que en 2003 una denuncia anónima similar a la actual criticase la sedación excesiva y sin consentimiento de los pacientes, el servicio ha recibido una inspección de la Consejería de Sanidad de Madrid; ha requerido un informe al Comité Ético del hospital de Getafe (uno de los más prestigiosos de España), y un comité del propio centro repasa desde entonces todas las historias clínicas de pacientes que fallecen en urgencias tras una sedación terminal.

El estudio del Comité de Ética de Getafe concluyó que "en todos los casos en que se indicó sedación terminal el paciente cumplía los criterios clínicos adecuados, por lo tanto el Comité considera que no se vulneró ningún principio, se respetaron los derechos del paciente y no existió mala praxis". El informe de la Comisión de Mortalidad del Hospital de Leganés de 2004 no encontró "alteraciones relevantes" en la mortalidad. La comisión, formada por 14 médicos (entre ellos el subdirector médico) analizó las historias clínicas de 162 de los 211 pacientes fallecidos en urgencias ese año. Sólo halló cuatro casos de sedación terminal en los que la información del historial clínico estaba incompleta. Un grupo de médicos analiza específicamente por orden del gerente del centro los historiales de pacientes fallecidos tras una sedación.

El comité también apunta a la falta de camas en planta como explicación a la mortalidad: "Algunos pacientes fallecidos en urgencias permanecieron demasiado tiempo en dichas dependencias. Algún paciente permaneció hasta seis días y no es raro encontrar historias con tres y cuatro días de estancia en la unidad. [...] Urgencias no es el lugar idóneo para el fallecimiento de pacientes cuya muerte es esperable pero no inmediata".