El cantante sevillano Fernando Arduán recorre la escala de sentimientos en el disco 'Avenida Michigan'
El cantante sevillano Fernando Arduán presenta el disco Avenida Michigan, su primer álbum que se encuentra a la venta desde el mes de febrero. Amor y desamor se unen en un álbum que recorre toda la escala de los sentimientos. La melancolía empapa Avenida Michigan con el rastro de esas palabras que, a veces, pugnan por salir. El disco consta de 10 canciones. Todas las canciones están escritas y compuestas por Arduán, excepto A media tarde (Arduán y Bernd Voss) y Mi corazón (Pedro Sosa). Se trata de una producción de Gonzalo e Iván García Pelayo, Manuel Marvizón y Ber...
El cantante sevillano Fernando Arduán presenta el disco Avenida Michigan, su primer álbum que se encuentra a la venta desde el mes de febrero. Amor y desamor se unen en un álbum que recorre toda la escala de los sentimientos. La melancolía empapa Avenida Michigan con el rastro de esas palabras que, a veces, pugnan por salir. El disco consta de 10 canciones. Todas las canciones están escritas y compuestas por Arduán, excepto A media tarde (Arduán y Bernd Voss) y Mi corazón (Pedro Sosa). Se trata de una producción de Gonzalo e Iván García Pelayo, Manuel Marvizón y Bernd Voss para Universal Musical Spain.
Sevillano de 27 años, Fernando Arduán creció frente a la Torre del Oro y en las orillas de Cádiz. Hijo de un médico y una enfermera, cursó estudios de radiodiagnóstico. En el barrio sevillano de Los Remedios, se mezcló con varios rockeros. "Allí empezó todo; aún lo recuerdo todo tan bien, había demasiado que aprender como para ir al colegio, uno prefería ir por allí, a mirar, a reír, a aprender, pero, sobre todo, a escuchar", evoca el cantante. Allí definió sus gustos musicales, estudió guitarra, piano y violonchelo, escuchó a Hendrix, a Dylan, a los Beatles. Y tocaba con Silvio. Luego, conoció a Francisco de Juan, productor musical. Con De Juan recorrió los estudios sevillanos. Y formó su primer grupo de rock, El Ático del Cielo. Así empezó su respeto por la música y sus profesionales.
Un día lo invitaron a un certamen de Cantautores Nacionales, y allí, fundó con los otros tres finalistas, La Cavila, una agrupación, un espectáculo audiovisual formado por cuatro cantautores y cinco instrumentistas, una banda en resumen. Obtuvieron el primer puesto nacional de Los Circuitos de Música Injuve, y fue con La Cavila con la que recorrió Arduán muchos kilómetros tocando por toda la piel de toro. A su regreso a Sevilla, una llamada sonó en su teléfono. Eran Gonzalo García Pelayo y Manuel Marvizón, productores. Y salió este disco.