La Inspección judicial propone abrir diligencias a Garzón por su libro

Estima que puede haber incurrido en revelación de secretos

La Inspección del Consejo General del Poder Judicial ha remitido a la Comisión Disciplinaria un informe en el que propone abrir diligencias informativas al juez Baltasar Garzón por si hubiera incurrido en una falta muy grave o grave de revelación de secretos relacionados con el 11-M en su libro Un mundo sin miedo. La denuncia contra Garzón partió del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño.

El informe de la Inspección del Consejo del Poder Judicial reconoce que Garzón no instruyó ni tuvo conocimiento de los hechos incluidos en el sumario por su condición de juez ...

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La Inspección del Consejo General del Poder Judicial ha remitido a la Comisión Disciplinaria un informe en el que propone abrir diligencias informativas al juez Baltasar Garzón por si hubiera incurrido en una falta muy grave o grave de revelación de secretos relacionados con el 11-M en su libro Un mundo sin miedo. La denuncia contra Garzón partió del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño.

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El informe de la Inspección del Consejo del Poder Judicial reconoce que Garzón no instruyó ni tuvo conocimiento de los hechos incluidos en el sumario por su condición de juez pero la propuesta de abrirle diligencias señala que el magistrado tiene ante la sociedad un "deber de sigilo" que alcanzaría a los procesos de que haya tenido conocimiento fuera del estricto ámbito de la actuación jurisdiccional y quiere saber cuál es su "fuente de información".

Según fuentes del Poder Judicial, los párrafos del libro de Garzón Un mundo sin miedo en los que podría apreciarse una falta "muy grave" del artículo 417.12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, o alternativamente, una "falta grave" del artículo 418.8, son los siguientes:

"En contra de lo que mantenían desde el Ministerio del Interior, ETA no había preparado un atentado con mochilas bomba en la estación de esquí de Baqueira Beret en las Navidades de 2003. Los únicos datos de esa posible acción se limitaban a la declaración de un etarra en dependencias policiales. Tampoco buscó una carnicería en la estación de Chamartín en la Nochebuena de 2003. La intención de los terroristas, según consta en los informes policiales, era hacer estallar el explosivo cuando el tren estuviera fuera de servicio. También era incierto que ETA quisiera cometer una matanza en la capital con los explosivos que iban a colocar en marzo, ya que iban a hacerlos explotar de madrugada, cuando los edificios industriales estuvieran desalojados".

"Por eso empezaron mis dudas sobre al actuación del Gobierno de José María Aznar. Me costaba creer que el Ejecutivo que tan eficaz había resultado en la lucha contra ETA hubiera iniciado una huida hacia adelante para evitar que se supiera antes de las elecciones que el terrorismo internacional islamista era el auto de la matanza y no ETA".

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La denuncia contra Garzón fue presentada por su inveterado enemigo, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, pero al día siguiente el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, desautorizó a su subordinado en una una dura nota en la que afirmó que en los mencionados párrafos no se detectaban por parte de la Fiscalía General "elementos ni razones que justifiquen la interposición de la denuncia".

Sin embargo, la Inspección cree que la opinión de Garzón sobre "la finalidad perseguida por los terroristas" basada en informes policiales "genera en la opinión pública una carga de verosimilitud, teniendo en cuenta que es social y notoriamente conocido por su condición de juez".

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