"Ya era hora, hemos pasado tres guerras"

La Guerra Civil española y sus consecuencias fue ayer de nuevo protagonista de un debate en el Congreso de los Diputados que concluyó con una votación unánime, y todos los diputados en pie aplaudiendo a un grupo de "niños octogenarios", en expresión del socialista Ramón Jáuregui. Eran niños de la guerra, hijos de republicanos enviados en su mayoría a la URSS a la espera de que acabara la guerra. Pero terminó mal, y tardaron muchos años en venir. Muchos aún siguen fuera, en Rusia, México, Chile... Para paliar la escasez que padecen, el Congreso aprobó ayer por unanimidad incrementar su p...

La Guerra Civil española y sus consecuencias fue ayer de nuevo protagonista de un debate en el Congreso de los Diputados que concluyó con una votación unánime, y todos los diputados en pie aplaudiendo a un grupo de "niños octogenarios", en expresión del socialista Ramón Jáuregui. Eran niños de la guerra, hijos de republicanos enviados en su mayoría a la URSS a la espera de que acabara la guerra. Pero terminó mal, y tardaron muchos años en venir. Muchos aún siguen fuera, en Rusia, México, Chile... Para paliar la escasez que padecen, el Congreso aprobó ayer por unanimidad incrementar su pensión hasta 6.090 euros anuales, en muchos casos el triple de lo que perciben. Los beneficiarios, según el ministerio que dirige Jesús Caldera, son unos 556.

El debate acabó con los diputados puestos en pie aplaudiendo a unos "niños octogenarios"

Algunos niños estaban ayer en el Congreso. Virgilio de los Llanos, que se fue de España en el 38, fue un cuadro del Gobierno soviético y no le dejaron volver de visita hasta el 78. "Ya era hora. Más vale tarde que nunca, pero la verdad es que llevamos muchos años esperando que se haga justicia. La gente no conoce la historia, pero es que nosotros hemos pasado tres guerras, la Civil, la Mundial y luego la Guerra Fría, que fue muy dura. Y encima la derrota, cuando desapareció el régimen soviético y nos quedamos, de viejos, en la miseria. Yo pasé hambre al volver a España en el 92".

Para los que vinieron aquí de viejos, como Virgilio, que ha escrito un libro, Te acuerdas, Tovarisch, esa pensión es muy poco. Y por eso la Asociación Guerra y Exilio, que siempre les ha defendido junto a Izquierda Verde, reclama una compensación. Pero para los que siguen fuera de España es la salvación. Ayer, Manuel Arce, presidente de la Fundación Nostalgia, llamó al Centro Español de Moscú para gritar: "¡Se ha aprobado todo, por unanimidad!". Su interlocutor en Rusia estaban exultante.

Todos tuvieron vidas trágicas, de novela. El régimen de Stalin les dio la mejor educación para convertirles en una élite que debería liderar el comunismo español cuando, según las previsiones, Franco cayera al acabar la II Guerra Mundial. Pero nunca cayó. El 40% de ellos estudió carreras universitarias. Muchos son ingenieros industriales, y fueron cuadros del régimen soviético. A Virgilio, como a Fernando Rueda y Enrique Bernaldo de Quirós, que rondan los 80 años, los mandaron en el 61 a Cuba, a apoyar la revolución como ingenieros. Trabajaron a las órdenes del Che Guevara y pararon, dicen, "el primer intento de guerra preventiva", el de John F. Kennedy en 1962 con la crisis de los misiles. Ayer, los que están aquí recibieron un homenaje que les emocionó. Y los que están fuera una solución definitiva a su eterna mala suerte, de guerra en guerra y derrota en derrota.