Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Año de bonanza saudí

A pesar de ingresos récord, el país necesita afrontar profundas reformas

El último año fue de bonanza petrolera para Arabia Saudí. El diluvio de ingresos por los altos precios del crudo superó los 100.000 millones de dólares. Los intentos del Gobierno de diversificar la economía, sin embargo, se encuentran empantanados. El PIB creció un 6,1% en 2004, pero el FMI alerta de que el paro y las barreras para el capital extranjero pueden herir el crecimiento.

Arabia Saudí, 70 años después de que se encontrara petróleo en sus entrañas, sigue adicta al crudo. La economía del país sufre una aguda dependencia del petróleo: supone el 90% de sus ingresos por exportacion...

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El último año fue de bonanza petrolera para Arabia Saudí. El diluvio de ingresos por los altos precios del crudo superó los 100.000 millones de dólares. Los intentos del Gobierno de diversificar la economía, sin embargo, se encuentran empantanados. El PIB creció un 6,1% en 2004, pero el FMI alerta de que el paro y las barreras para el capital extranjero pueden herir el crecimiento.

El Gobierno pronosticaba un déficit presupuestario para el año pasado, pero al final ha obtenido un superávit de 26.000 millones de dólares
La economía saudí salió de su letargo durante 2004 gracias a la tremenda escalada de los precios del petróleo: el PIB creció un 6,1%

Arabia Saudí, 70 años después de que se encontrara petróleo en sus entrañas, sigue adicta al crudo. La economía del país sufre una aguda dependencia del petróleo: supone el 90% de sus ingresos por exportaciones y el 70% de las del Estado. Y el 40% del producto interior bruto (PIB) del reino sale de las espitas en sus grandes campos petroleros. En esta relación adictiva hay años de penuria y de bonanza. Entre 1995 y 2002, cuando los precios del petróleo se hundieron (el barril de crudo de Arabia Saudí llegó a cotizar a 12 dólares) el PIB registró unas raquíticas tasas de crecimiento que promediaron un 1,7%.

Las cuentas del Estado en 1998 inclusive se aproximaron a la bancarrota debido a unas políticas fiscales desequilibradas y a un fuerte endeudamiento en el extranjero. En 2004, sin embargo, la economía despertó de su letargo gracias a la tremenda escalada de los precios del crudo. La economía saudí creció un 6,1%, según el FMI. Además, ya que no se espera una caída del petróleo este año, las previsiones apuntan a que en 2005 avanzará un 6,2%.

Alta tasa de paro

Este espaldarazo puede terminar retrasando reformas económicas que organismos como el FMI consideran necesarias para el reino. El largo alcance de los tentáculos del Estado y su sinfín de subsidios terminan entorpeciendo la economía del país. Uno de los más serios problemas que afronta ahora mismo el reino es una alta tasa de desempleo, que se sitúa en torno al 14%. Esto se debe, en parte, a que el país posee una de las más altas tasas de crecimiento demográfico (2,4%) lo que conlleva una mayor necesidad de inversión por parte del Gobierno. La última escalada del precio del crudo no es suficiente para cumplir con las demandas de una creciente población. En 1980, los ingresos por petróleo eran de 22.174 dólares por persona, cuando ahora apenas llegan a 4.511 dólares. Una nueva fuerza laboral, además, se asoma a las puertas del mercado de trabajo. La población con menos de 18 años de edad se ha triplicado desde 1980.

La fórmula para superar estos retos, aconseja el FMI, pasa por la liberalización del mercado interno, léase el recorte de subsidios, y la apertura a inversiones extranjeras. El Gobierno ha intentando aplicar planes para diversificar la economía, pero éstos todavía no han dado fruto. El FMI, sin embargo, le dio una buena calificación al reino por haber aplicado en los últimos años una estricta disciplina presupuestaria.

Superávit fiscal

Este diagnóstico favorable, sin embargo, se debe en buena parte a la evolución de los precios del petróleo en 2004. El Gobierno pronosticaba un déficit presupuestario para el año pasado, pero al haber elaborado las cuentas con una previsión para el precio del barril de 19 dólares, se ha visto inundado por los ingresos. El superávit del Gobierno se sitúa en torno a los 26.000 millones de dólares.

Con la salud económica del país aparentemente intacta, es posible que las reformas se retrasen. Por ejemplo, una reforma del sector eléctrico aprobada en 2000, que suponía un recorte para los subsidios en la industria y una subida de tarifas, fue anulada en octubre. Y aunque la apertura a la inversión extranjera forma parte del discurso oficial de Riad, las cifras todavía no han mejorado. Aun así, el año pasado el Gobierno decidió recortar en un 20% los impuestos a las inversiones extranjeras.

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