Cincuenta muertos y decenas de heridos en otra oleada de atentados suicidas en Irak

La mayoría de los ataques tuvo como objetivo a los chiíes en el día de la fiesta de la Ashura

Ocho explosiones, siete de ellas provocadas por hombres bomba, causaron ayer en Irak la muerte de al menos 50 personas y heridas a más de 100. Esta cadena de atentados en el día más sagrado de los chiíes, en el que conmemoran la muerte del imán Husein, nieto de Mahoma, se produce después de otra jornada negra que causó la muerte de 36 personas. La insurgencia parece concentrar ahora sus objetivos en la comunidad chií, cuyos partidos políticos fueron los grandes triunfadores en las elecciones celebradas el 30 de enero y cuyo resultado definitivo se conoció el jueves.

A pesar de las extre...

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Ocho explosiones, siete de ellas provocadas por hombres bomba, causaron ayer en Irak la muerte de al menos 50 personas y heridas a más de 100. Esta cadena de atentados en el día más sagrado de los chiíes, en el que conmemoran la muerte del imán Husein, nieto de Mahoma, se produce después de otra jornada negra que causó la muerte de 36 personas. La insurgencia parece concentrar ahora sus objetivos en la comunidad chií, cuyos partidos políticos fueron los grandes triunfadores en las elecciones celebradas el 30 de enero y cuyo resultado definitivo se conoció el jueves.

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A pesar de las extremas medidas de seguridad -como el cierre de las fronteras del país- tomadas para prevenir una masacre como la del año pasado, la festividad de la Ashura ha vuelto a teñirse de sangre en Irak. Al menos 50 personas perdieron ayer la vida en Irak en ocho atentados, la mayoría de ellos suicidas. El más grave tuvo lugar en el barrio capitalino de Khadamiya, de población chií, cuando un hombre se hizo explotar en el interior de un autobús repleto de civiles: murieron 17 y 42 resultaron heridos.

La cadena de atentados comenzó ayer en la mezquita Fatah Pasha, al oeste de Bagdad, cuando una cincuentena de fieles atendían al funeral de una víctima de los ataques del viernes. El suicida entró en el templo y, sin mediar palabra, accionó la bomba que llevaba consigo: tres personas perdieron la vida y 10 resultaron heridas, según informó el capitán de la policía Husein al Ani. Esta mezquita, a diferencia de lo ocurrido en los otros templos, pertenece a la comunidad suní.

Otro insurgente trató de atentar contra un grupo de guardias nacionales iraquíes al noroeste de Bagdad, pero accionó demasiado pronto la bomba. Un tercer suicida hizo explotar un coche cerca de una base militar iraquí causando un muerto. Un cuarto suicida se voló en un control militar en la peligrosa localidad de Latifiya, al sur de Bagdad, considera una de las cunas de la insurgencia. Dos agentes iraquíes perdieron la vida. En un quinto atentado murió un soldado estadounidense. También hubo un ataque con armas automáticas contra una procesión fúnebre en la mezquita bagdadí de Al Khadimain sin que se informara de víctimas.

La festividad de la Ashura conmemora la violenta muerte en el siglo VII de Husein, nieto de Mahoma, a manos de los omeyas, que provocó una escisión en el islam. El miedo a una repetición del atentado del año pasado en Kerbala se concretó en unas medidas de seguridad excepcionales: en esta ciudad santa, situada a 80 kilómetros al sur de Bagdad, estaba prohibida, por ejemplo, la circulación desde hace cinco días de coches, motos, motocarros e incluso bicicletas.

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En medio de este caos, la policía anunció ayer la detención en Baquba de dos miembros del grupo del jordano Abu Musab al Zarqaui, al que EE UU y el actual Ejecutivo iraquí vinculan con la mayoría de los atentados. Uno de los capturados podría ser Haidar Abu Bawari, llamado el príncipe de los guerreros santos, y que ocuparía un elevado puesto en la organización. La policía asegura que El príncipe estaba en posesión de armas y carnés.

Seguimos aquí

El empeño de la insurgencia en atentar contra los chiíes, además de buscar en ello el estallido de un enfrentamiento civil, tiene una explicación política; se trata de un mensaje a los vencedores de las elecciones de enero: "Seguimos aquí".

La Alianza Iraquí Unida, auspiciada por el ayatolá Alí al Sistani, jefe espiritual de los chiíes de Irak, obtuvo 140 de los 275 escaños del nuevo Parlamento. Pero necesitará de un compromiso con la lista kurda (75 diputados) para alcanzar los dos tercios necesarios que permiten nombrar presidente y dos vicepresidentes (que son los que designarán primer ministro) y aprobar la nueva Constitución.

Los chiíes acusan sin rodeos a los extremistas suníes de estar detrás de los últimos atentados. "Son infieles wahabitas [rama del islam mayoritaria en Arabia Saudí]", proclamó ayer ante la multitud uno de los oradores en la mezquita de Al Khadimain.

Miles de chiíes marchan por Kerbala en la festividad de la Ashura.AP

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