Reportaje:¿SON SEGUROS NUESTROS RASCACIELOS?

Nueva York combate las llamas

Que Nueva York sea conocida como la ciudad de los rascacielos no es gratuito. Se calcula que en la urbe hay en torno a 300 edificios con más de 12 pisos de altura -o 34 metros-, y la cifra se multiplica por 15, hasta 4.450, si se toma en consideración los edificios con más de siete plantas -o 23 metros-. Estas cifras son, de hecho, las que marcan la altura hasta la que llegan las escaleras externas de los bomberos con seguridad y que marcan la línea crítica en los sistemas de prevención y de evacuación en caso de emergencia.

Las autoridades locales de la ciudad de Nueva York empezaron a...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Que Nueva York sea conocida como la ciudad de los rascacielos no es gratuito. Se calcula que en la urbe hay en torno a 300 edificios con más de 12 pisos de altura -o 34 metros-, y la cifra se multiplica por 15, hasta 4.450, si se toma en consideración los edificios con más de siete plantas -o 23 metros-. Estas cifras son, de hecho, las que marcan la altura hasta la que llegan las escaleras externas de los bomberos con seguridad y que marcan la línea crítica en los sistemas de prevención y de evacuación en caso de emergencia.

Las autoridades locales de la ciudad de Nueva York empezaron a tomar conciencia del peligro del fuego en el año 1911, cuando 146 mujeres perdieron la vida en el Triangle Shritwaist, donde estaban empleadas. El impacto de un avión B-25 en el piso 79 del emblemático Empire State Building, en julio de 1949, llevo hasta lo más alto el debate sobre la seguridad. En este incidente, las barreras contra incendios limitaron la dispersión del fuego y su esqueleto de hormigón evitó el colapso del edificio.

La clave en el nuevo código son las comunicaciones, que recibirán una atención especial por el caos que reinó en las operaciones de rescate en las Torres Gemelas

A partir de este cúmulo de experiencias y enseñanzas, Nueva York puso en práctica, en diciembre de 1968, un código o líneas directrices para guiar la construcción de los edificios y diseñar los sistemas de prevención, extinción y evacuación en caso de emergencia. Hasta que llegaron los ataques suicidas del 11-S contra las Torres Gemelas y su colapso.

El cuerpo de bomberos de Nueva York (FDNY) cuenta en la actualidad con más de 11.000 miembros. Pero sus imponentes camiones tienen un límite en los 100 pies (30 metros), la altura máxima hasta donde llegan las escaleras, aunque nunca suelen pasar el sexto piso por cuestiones de seguridad. A partir de ahí deben adentrarse por las escaleras internas o utilizando los ascensores. Para llevar a cabo sus operaciones en los rascacielos, los bomberos disponen de un manual de 48 páginas con técnicas y procedimientos precisos.

La respuesta de los bomberos se combina, a su vez, con las medidas de prevención y evacuación que se diseñan para los propios edificios, siguiendo las líneas directrices que establecen las autoridades locales. Una básica es la que obliga a instalar sistemas automáticos de extinción de incendios por encima de los 100 pies de altura -aspersores- y de un depósito de agua en las azoteas para garantizar la presión. La norma será de obligado cumplimiento para todos los edificios superiores a esa altura a partir de 2019, con carácter retroactivo.

El nuevo código introduce otros requerimientos para los edificios de más de 75 pies de altura, como la indicación clara de las salidas y escaleras de emergencia con carteles fosforescentes, a lo que se sumarían nuevos sistemas de ventilación y la adopción de planes precisos de evacuación, que deberán facilitarse a todos los inquilinos. Las medidas anti-incendios se completan con la realización de simulacros dos o tres veces al año.

Pero la pieza clave en el nuevo código son las comunicaciones, a las que se quiere prestar una atención especial por el caos que reinó durante las operaciones de rescate en las Torres Gemelas. A esto se le añade el uso de nuevos materiales más resistentes al fuego en la construcción de nuevos edificios, que a la vez limiten la emisión de humos, y la instalación de ascensores más fiables.

Las autoridades locales son ya muy estrictas en los materiales en el caso de las nuevas construcciones para poder conceder las licencias, a pesar de que la nueva normativa entrará en vigor en septiembre de este año. Es el caso de la Torre 7, en el World Trade Center, y del futuro gran rascacielos que se alzará en la Zona Cero, conocido como la Torre de la Libertad. Pero el debate se topa con un obstáculo, y es que gran parte de los rascacielos son antiguos, lo que limita el margen de aplicación de las nuevas normas.

Bomberos de Nueva York, tras el ataque a las Torres Gemelas.REUTERS

Archivado En