OPINIÓN DEL LECTOR

Limpiadores

Desde un pequeño rincón de una casa prestada, éste, que lo es, limpiador de profesión, escribo estas líneas con la intención de que alguno de los lectores se ponga en el lugar de una limpiadora. Hace cuatro años se negoció el convenio de la provincia de Valencia de limpieza, (el segundo más importante) bajo el lema "hagámanos ver". ¡Qué sorpresa, los limpiadores existen!

Consecuencia, un convenio para cuatro años que ha hecho que las trabajadoras, y digo bien, trabajadoras, (madres solteras, viudas con o sin hijos, desempleados largo tiempo etc..., sector muy determinado y desfav...

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Desde un pequeño rincón de una casa prestada, éste, que lo es, limpiador de profesión, escribo estas líneas con la intención de que alguno de los lectores se ponga en el lugar de una limpiadora. Hace cuatro años se negoció el convenio de la provincia de Valencia de limpieza, (el segundo más importante) bajo el lema "hagámanos ver". ¡Qué sorpresa, los limpiadores existen!

Consecuencia, un convenio para cuatro años que ha hecho que las trabajadoras, y digo bien, trabajadoras, (madres solteras, viudas con o sin hijos, desempleados largo tiempo etc..., sector muy determinado y desfavorecido), no puedan ni siquiera malvivir y no hablo de las condiciones laborales, sino de poder comer, o al menos sus hijos. Tras esos cuatro años los limpiadores suspiramos por que nos suban el salario, y de nuevo ahora se vuelve a negociar, y nos encontramos con unas reivindicaciones que apenas superan el doble del IPC (¿cuál era el precio de las patatas, cebollas, lechugas, pollo, hace cuatro años?; ¿y el de ahora?) y si piden eso, realmente, ¿qué esperan conseguir? Ahora es realmente cuando se nos debe ver, debemos demostrarles por qué nos necesitan. Porque de verdad somos nosotros quienes limpiamos la mierda que otros muchos dejan y con lo que nos pagan no llega ni para el papel higiénico.

Luchemos por que se nos trate con igualdad y que no seamos, con el tono habitual, "la señora de la limpieza". Somos limpiadores, sí, pero con dignidad y profesión adquirida; por eso, luchemos por un salario digno y si no nos gusta lo que piden por nosotros no dejemos que pidan migajas para satisfacer el hambre. Si hace falta, hagamos lo que ellos no quieren hacer, luchemos.

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