Crítica:CRÍTICAS

La hija de su madre

En la secuencia final de esta no ya larga, sino abusivamente estirada, peripecia que es Spanglish, Cristina (Shelby Bruce), la hija mexicana de la no menos mexicanísima Flor (Paz Vega), que es además la narradora ficticia del asunto, declara sin ambages que lo más importante que le ha ocurrido en la vida es ser la hija de su madre, queriendo significar con ello una admiración sin mácula por su progenitora. Y el espectador que ha seguido hasta entonces la historia convendrá que, a la luz de lo contemplado, no caben demasiadas dudas sobre lo acertado del aserto.

Y sin embargo, a la...

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En la secuencia final de esta no ya larga, sino abusivamente estirada, peripecia que es Spanglish, Cristina (Shelby Bruce), la hija mexicana de la no menos mexicanísima Flor (Paz Vega), que es además la narradora ficticia del asunto, declara sin ambages que lo más importante que le ha ocurrido en la vida es ser la hija de su madre, queriendo significar con ello una admiración sin mácula por su progenitora. Y el espectador que ha seguido hasta entonces la historia convendrá que, a la luz de lo contemplado, no caben demasiadas dudas sobre lo acertado del aserto.

Y sin embargo, a la luz de la multitud de conflictos que Spanglish saca a la luz (la relación madre / hija, la de ambas con la familia anglo para la que trabajan, la trabajosa historia entre Flor y el páter familia, la no menos densa de Cristina con la empleadora de su madre, la absorbente, desequilibrada Téa Leoni...; y la de ésta con su hija Berenice, y la de ésta con su padre, y la de éste con su trabajo, y la de...), la narración que ha ordenado desde el off sonoro la voz de Cristina se antoja considerablemente insuficiente.

SPANGLISH

Dirección: James L. Brooks. Intérpretes: Adam Sandler, Téa Leoni, Paz Vega, Cloris Leachman, Shelby Bruce, Sarah Steele. Género: comedia, EE UU, 2004. Duración: 130 minutos.

Historia que parece apuntar en la dirección del conflicto cultural que puede estallar entre una familia wasp y una inmigrante mexicana que ni siquiera sabe inglés, lo cierto es que la multitud de líneas que el guión propone se antojan demasiadas como para cuajar en un final convincente. Cierto, al tratarse de una peripecia centrada en el ámbito familiar (de dos familias, a decir verdad), la costumbre nos impone que algunas cartas estén ya dadas de antemano: ¿alguien imagina que una inmigrante mexicana pueda poner en peligro la sacrosanta estabilidad familiar de una familia blanca?

O dicho con más propiedad, la desordenada cantidad de conflictos que la ficción propone se antojan demasiados como para ser explicados a satisfacción para un espectador no americano, es decir, para alguien que querría que, por encima de apriorismos de carácter fuertemente ideológicos (la unidad familiar), se impusieran criterios dramatúrgicos más sólidos, una satisfacción que el veterano James L. Brooks, a pesar de su oficio, no parece capaz de conceder.

Así las cosas, para el espectador hispano la película se queda en poco más que en la primera ocasión en que Paz Vega asoma su talento en un filme americano. Y la conclusión es que la andaluza está notable. Le ayuda un personaje de esos que van tomando cuerpo a medida que la historia avanza; y no es poca ayuda, además, el hecho de que su partenaire femenina, Leoni, tiene que vérselas con un personaje de bofetada. Cándidamente crítica, mojigatamente resuelta, Spanglish sólo pasará a los anales por constituir la primera ocasión de lucimiento para una de nuestras estrellas más internacionales... y una prueba superada con excelente nota.

Paz Vega.
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