LA CRISIS DEL CARMEL Y SUS EFECTOS

Mas y Piqué amagan con pedir la dimisión de Pasqual Maragall

"Se nos ha acabado la paciencia", advierte el líder del Partido Popular catalán

La líderes de la oposición política en Cataluña, el convergente Artur Mas y el popular Josep Piqué, amagaron ayer con exigir la dimisión de Pasqual Maragall si en los próximos días no se producen destituciones por la crisis del Carmel. "Se nos ha acabado la paciencia", advirtió Piqué. "Cuando se engaña a la gente, la frontera que se cruza es la de la decencia y la legitimidad. Este país no está en buenas manos y nadie del Gobierno lidera nada", proclamó Mas.

La aparición de nuevos datos sobre el hundimiento en la línea 5 del metro barcelonés está dando alas a la oposición política para ...

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La líderes de la oposición política en Cataluña, el convergente Artur Mas y el popular Josep Piqué, amagaron ayer con exigir la dimisión de Pasqual Maragall si en los próximos días no se producen destituciones por la crisis del Carmel. "Se nos ha acabado la paciencia", advirtió Piqué. "Cuando se engaña a la gente, la frontera que se cruza es la de la decencia y la legitimidad. Este país no está en buenas manos y nadie del Gobierno lidera nada", proclamó Mas.

La aparición de nuevos datos sobre el hundimiento en la línea 5 del metro barcelonés está dando alas a la oposición política para elevar el tono de sus críticas contra el tripartito y sus demandas sobre la depuración de responsabilidades. Artur Mas, ayer, flanqueado por la plana mayor de la federación nacionalista, habló de "engaño a la gente para proteger el estatus y el poder"; "desprestigio alarmante", "grave incompetencia" y "actitud negligente" para definir la actuación del Gobierno catalán. "Cuando todo esto sucede, el responsable ya no es el consejero, sino que el problema cae directamente sobre la mesa del presidente", sentenció el líder de CiU.

Josep Piqué tampoco se anduvo con rodeos en sus críticas contra el tripartito por no "dar una respuesta rápida y seria" a los vecinos y haber puesto en peligro su seguridad para ahorrar dinero y acortar plazos" en la construcción de la ampliación del metro.

"Ya han pasado tres semanas y no ha habido la menor asunción de responsabilidades ni políticas ni técnicas", se lamentó, por lo que "el PP tendrá que ir mucho más allá", señalando directamente a Pasqual Maragall.

Piqué insistió en reclamar un pleno monográfico en el Parlament sobre lo sucedido en el Carmel como preámbulo de una comisión de investigación para dilucidar "todo lo sucedido, que puede afectar a responsables de gobiernos anteriores", es decir, Convergència i Unió.

Su jefe de filas, el presidente del PP, Mariano Rajoy, mezcló la redacción del nuevo Estatut con la crisis del Carmel. "Un Gobierno tiene que dar la talla porque se trata de problemas de la gente, que es lo que le importa realmente, y no que le cambies un artículo del Estatuto", afirmó Rajoy, quien opinó que en este caso "hay una irresponsabilidad clara por parte de la Administración". El líder del PP añadió que si lo del Carmel llega a ocurrir con un Gobierno de su partido "se hubiera armado la de San Quintín".

Si Rajoy buscó comparaciones con el Estatut, el conseller en cap, el republicano Josep Bargalló, lo hizo con el déficit fiscal catalán. Bargalló manifestó: "No puede ser que seamos los responsables de todo, pero no tengamos el dinero par

a hacerlo, y los que tienen el dinero para hacerlo no son los responsables cuando es la hora de la verdad".

El Ayuntamiento de Barcelona no se quedó callado ante esta retahíla de críticas. Su portavoz, Ferran Mascarell, respondió a los dirigentes de CiU que son ellos quienes engañan a los ciudadanos y exhortó al líder municipal de los nacionalistas, Xavier Trias, a "estar al lado del alcalde Joan Clos preocupándose de los vecinos" y dejar a un lado los intereses partidistas y el oportunismo. "Espero que [Trias] recupere la sensatez y el sentido común".

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