Análisis:

Leyendo el futuro en Inglaterra

Entre las numerosas sorpresas que han proporcionado los mercados está el comportamiento de los fondos de inversión de renta fija: hace sólo un año por estas mismas fechas se advertía a los partícipes del peligro que podría entrañar para sus rentabilidades la previsible subida que los bancos centrales de todo el mundo habrían de hacer en sus respectivos tipos de interés de intervención.

La advertencia provenía de la conocida reacción bajista que suele tener el precio de los bonos y obligaciones emitidos con anterioridad cuando los bancos centrales deciden subir el interbancario a un día....

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Entre las numerosas sorpresas que han proporcionado los mercados está el comportamiento de los fondos de inversión de renta fija: hace sólo un año por estas mismas fechas se advertía a los partícipes del peligro que podría entrañar para sus rentabilidades la previsible subida que los bancos centrales de todo el mundo habrían de hacer en sus respectivos tipos de interés de intervención.

La advertencia provenía de la conocida reacción bajista que suele tener el precio de los bonos y obligaciones emitidos con anterioridad cuando los bancos centrales deciden subir el interbancario a un día. Esa bajada de precios es fruto de la puesta a la venta de los bonos que estaban ya en las carteras de los bancos e inversores institucionales; y es que se considera natural que el incremento de los costes de financiación en el corto plazo lleve asociado un incremento en los de largo plazo también, por lo que las nuevas emisiones de renta fija tendrían una rentabilidad más atractiva que las antiguas.

La reacción vendedora provoca que, a partir de un determinado punto, resulten igual de atractivas que las que se están poniendo en circulación en ese momento. Pero ¡ay!, los fondos que decidieron mantener esas emisiones antiguas en cartera se encuentran con un activo que ha perdido valor, y deben encajar las minusvalías correspondientes.

Pues bien, lo sorprendente ha sido que, en los lugares donde las subidas de tipos de interés ya se ha producido (Norteamérica o Reino Unido) la reacción de los precios de la renta fija no ha sido de bajada sino de subida o, lo que es lo mismo, el coste de financiación del sector público y de las empresas en los plazos más largos se ha abaratado. De ahí que la rentabilidad de los fondos de renta fija a lo largo de los últimos doce meses no sólo no haya dado ningún disgusto sino que se haya mantenido en niveles aceptables. Hasta tal punto que, de 35 categorías diferentes de fondos de renta fija, sólo tres han dado pérdidas medias en ese período, por lo demás bastante ligeras (en el caso de los fondos de renta fija en euros la rentabilidad media de los últimos 365 días ha sido del 4,36%). Lo más curioso es que la subida de los precios de la renta fija parece que va a continuar lo que, de producirse finalmente, llevaría la rentabilidad de los bonos a diez años del Tesoro español más abajo del magro 3,45% que proporcionan actualmente.

Y es que todo apunta a que los mercados de renta fija norteamericano y europeo avanzan por la senda que ha despejado previamente su equivalente en Inglaterra, donde los tipos de interés entre tres y diez años están todos alineados alrededor del 4,5% (por debajo del 4,75% en que sitúa el Banco de Inglaterra los de cortísimo plazo). Si eso fuera así, la rentabilidad de los fondos de renta fija aún tendrá un trecho al alza que recorrer, igual que lo ha hecho en el caso británico: durante los doce últimos meses los fondos que invierten en bonos denominados en libras y que se distribuyen en España han proporcionado, en esa misma moneda, una rentabilidad del 6,67%.

Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.

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