250.000 rusos se manifiestan contra la abolición de los beneficios sociales

Unas 250.000 personas se manifestaron ayer en varias ciudades rusas en protesta por la eliminación de los beneficios sociales para una serie de capas de la población y su reemplazo por compensaciones en dinero. El Partido Comunista ruso había llamado a salir a las calles en rechazo de las reformas del Gobierno y había pronosticado la participación de por lo menos un millón de ciudadanos en los mítines que se organizaron en las ciudades más importantes del país. Pero la respuesta de las masas al llamamiento de la izquierda rusa fue mucho menor del esperado. Al mismo tiempo, el partido progubern...

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Unas 250.000 personas se manifestaron ayer en varias ciudades rusas en protesta por la eliminación de los beneficios sociales para una serie de capas de la población y su reemplazo por compensaciones en dinero. El Partido Comunista ruso había llamado a salir a las calles en rechazo de las reformas del Gobierno y había pronosticado la participación de por lo menos un millón de ciudadanos en los mítines que se organizaron en las ciudades más importantes del país. Pero la respuesta de las masas al llamamiento de la izquierda rusa fue mucho menor del esperado. Al mismo tiempo, el partido progubernamental Rusia Unida realizó marchas y manifestaciones en apoyo a la política de Vladímir Putin.

Los opositores al régimen pidieron la dimisión del Gobierno, el fin de la "monetarización de las ventajas sociales" y la reintroducción de las prestaciones gratuitas de las que gozaban los jubilados y otras personas pertenecientes a los grupos más pobres de la sociedad rusa.

"La ley de monetización de los beneficios ha destruido la confianza en el presidente. Salir a las calles es la única forma que tenemos para defendernos y obligar al presidente a dimitir", señaló en el mitin Vladímir Ulas, líder de la organización comunista capitalina.

El Gobierno no retrocederá

El Gobierno, sin embargo, no piensa retroceder ni atender a ninguna de esas demandas. Lo que sí ha tratado, y en algunos casos con bastante éxito, es llegar a compromisos que alivien la tensión social que ha provocado la eliminación de ciertas ventajas sociales. Así, ante las protestas masivas de los jubilados por haberles quitado el transporte público gratuito, el Gobierno introdujo en las principales ciudades abonos especiales para los pensionados que no podrán costar más de la compensación monetaria que han recibido por ese servicio.

De esta forma, cada uno podrá decidir si gasta la compensación en comprar ese abono o prefiere quedarse con el dinero. Ahora, los ministros del sector económico y social están buscando compromisos similares en lo que se refiere al costo de las medicinas para las personas de edad.

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En Moscú, la oposición se congregó junto a la estatua de Vladímir Lenin, el fundador del Estado soviético, en la plaza de Kaluga. La mayoría de los manifestantes eran jubilados y, según la policía, no pasaban de 3.000 personas, aunque los comunistas aseguran que eran muchos más. En esa misma plaza, el carismático Vladímir Zhirinovski, líder del ultranacionalista Partido Liberal-Democrático, organizó su propio pequeño mitin -entre 100 y 200 personas, en su mayoría jóvenes estudiantes- en el que para sorpresa y alegría de los manifestantes comenzó a repartir dinero.

Mientras tanto, la manifestación más numerosa en apoyo de la política del Gobierno y Putin se celebró en Moscú. Participaron unas 40.000 personas provenientes de unas 20 ciudades.

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