"Ser mujer es una ventaja"

Pregunta. Tiene un acento francés que no se corresponde con su nombre.

Respuesta. Pues he perdido muchísimo porque llevo aquí desde 1981. Pero puede ser que como ahora voy más a Francia lo esté recuperando.

P. ¿Cuál es la causa de este acento?

R. Me fui con mis padres en los años cincuenta, en la época de la inmigración. Tenía tres años y me vine con 29. Tenía muy poco de española.

P. ¿Por qué regresó?

R. Me casé con un valenciano en Francia, y como la obsesión de cualquier francés es ir al sol, pues mi obsesión era v...

Pregunta. Tiene un acento francés que no se corresponde con su nombre.

Respuesta. Pues he perdido muchísimo porque llevo aquí desde 1981. Pero puede ser que como ahora voy más a Francia lo esté recuperando.

P. ¿Cuál es la causa de este acento?

R. Me fui con mis padres en los años cincuenta, en la época de la inmigración. Tenía tres años y me vine con 29. Tenía muy poco de española.

P. ¿Por qué regresó?

R. Me casé con un valenciano en Francia, y como la obsesión de cualquier francés es ir al sol, pues mi obsesión era volver. Y cuando mi marido tuvo ocasión de trabajo, nos vinimos. Yo estaba en la dirección de una compañía de seguros internacionales y ganaba 90.000 pesetas, y me vine por 25.000, pero me daba igual con tal de estar cerca de la playa, aunque no tengo tiempo de ir.

P. ¿Cómo se metió en el mundo de la edición?

R. Por mediación de mi marido, que es del gremio. Cuando se puso a trabajar por su cuenta él tenía claro que era el profesional, pero de despachos para dentro estaba perdido y me pidió que trabajase con él.

P. Y esto le absorbió.

R. Por completo. Este gremio crea adicción. Estábamos en una fotomecánica, Matís, y hace un año cerramos el círculo comprando Graphic 3, que se ocupa de la impresión.

P. No es habitual que una mujer dirija una empresa.

R. Lo llevo bastante bien. Cuando me vine de Francia y vi que las mujeres aquí no se lanzaban bastante tuve tentaciones de presentarme a alcaldesa de mi pueblo, pero no entendía nada de política y lo descarté. Tenía ganas de que la mujer destacara. De mi edad hay pocas y en mi gremio ninguna, pero mi marido me ha apoyado mucho en esto.

P. ¿Le ha ocasionado problemas en el gremio?

R. En absoluto. Más bien ventajas. La gente te atiende mejor: "¡Una mujer! ¿Qué hará aquí? ¡Vamos a escucharla!". Ser mujer es una ventaja. Sólo una vez tuve un problema con un señor que por ser mujer no quiso atenderme.

P. ¿El sector industrial es su principal cliente?

R. No, no. Hacemos de todo: catálogos, editoriales,... Intento diversificar muchísimo porque si te centras en clientes de un solo sector tienes muchos altibajos. También tratamos de no depender de clientes muy potentes porque en cualquier momento se pueden marchar y es un peligro para la empresa. Tocamos todo: joyería, mueble, cerámica,...

P. ¿Qué editoriales trabajan con usted?

R. Pre-Textos, Tàndem y Carena.

P. También hacen trabajos fuera de España.

R. Sí, me lancé a trabajar en París. Es una satisfacción personal mía. Ahora vamos a intentar entrar en Luxemburgo y en Bélgica. En París estamos muchos años con la fotomecánica y ahora, con Graphic 3, nos va tan bien que hemos puesto un comercial.

P. Está editando trabajos de la Unesco.

R. Sí, les hacemos muchas cosas: calendarios, libros en varios idiomas... La Unesco está muy acostumbrada a trabajar en el extranjero. También hemos hecho un libro para el príncipe Rainiero de Mónaco. La ventaja de trabajar para Francia es que quieren cosas originales y lo pagan, eso permite experimentar mucho en diseño.

P. ¿Qué piensa de las profecías que anuncian la muerte del papel?

R. No lo creo en absoluto. A la gente, cuando se levanta, le gusta ir a comprar su periódico, sentarse al sol y leerlo. Le gusta tener el catálogo o el libro, tocarlos. Desde que está Internet no hemos perdido mercado.